¿Cuántas etiquetas existen para nombrar, destacar o criticar ciertas cualidades de las mujeres? Siempre tenemos esquemas que nos califican desde pequeñas; en la escuela comienzan los calificativos que nos clasifican: la bonita o la fea, la gorda o flaca, la fresa o la mugrosa, la hippie y la niña nice, la tonta o la lista, la testaruda o la que todo mundo burla, la “machorra” o la “Barbie”. Y pareciera que crecemos bajo las sombras de esos esquemas, sintiéndonos otras que no somos y que no decidimos ser.
¿Cómo construir ser eso que soñamos algún día ser? ¿Cómo liberarnos de prejuicios, roles, estereotipos, esquemas y dejarnos ser? No es fácil construirnos, exteriorizar eso auténtico que llevamos dentro, que a veces por timidez o miedo no nos atrevemos a hacer y ser, sobre todo cuando pesa sobre nosotras una sociedad llena de desigualdades y roles de lo que “debemos ser” en la escuela, en la casa, en la familia y hasta en la cama…
Novias, amantes, amigas, esposas, hermanas, maestras, soñamos con ser un día sólo nosotras. Si miramos a nuestro alrededor, justo en el asiento de al lado hallaremos a muchas mujeres, diferentes a nosotras, con dudas, debilidades, pero también con muchas agallas para construir sus sueños. Pueden ser ellas un espejo para mirarlas y mirarnos.
Mujeres perfectas en su imperfección: inteligentes pero graciosas, sensuales pero poéticas, algunas más tímidas o extrovertidas, románticas y atractivas, es decir, con un montón de atributos y cualidades dignas de ser diosas. En el camino a la perfección y cada una con nuestras diferencias, tenemos cualidades que debemos reforzar y exaltar, que nos harán más seguras de nosotras y que ante el mundo nos harán simplemente mostrar esa divinidad que todas llevamos dentro.
En ese camino de búsqueda, Afrodita, diosa griega del amor, es el perfecto ejemplo que reúne las cualidades de toda mujer. Desbordante de belleza y sensualidad, esta diosa griega reunía justo el balance y equilibrio de diversas cualidades que la hacían perfecta. En la antigua Grecia, la sociedad patriarcal reducía a la mujer a una situación semejante a la de los esclavos. Platón consideraba a la mujer como “criatura inferior”, un ser falto de inteligencia y deficiente. Sin embargo, Afrodita, hermana de Zeus, era la compañía deseable de todos los mortales e inmortales por su belleza física y sus cualidades espirituales.
¿Qué le daba esa inigualable belleza por la cual todos se sentían atraídos? Ella simplemente “es” y de esa manera, segura de sí misma, es como se muestra al mundo. De la misma manera que Afrodita puedes hallar, acorde a tu personalidad, el balance perfecto para trabajar con cada una de estas cualidades que ya posees, pero debes aprender a conocer mejor. Cuando encuentres el balance adecuado para exaltar estas cualidades en ti, seguro te harán sentir plena y como una verdadera diosa.
Explota tu sensualidad
Desnuda o vestida, Afrodita, representada naciendo de la espuma del mar y asociada a los animales marinos, así como las manzanas y las rosas, admite a su cuerpo como es y lo exhibe con sensualidad. De la misma manera que ella, tu desnudez impone por la seguridad con que muestres el cuerpo y provoques el deseo que pondrá a cualquiera a tus pies.
Cultiva tu inteligencia
Ella es capaz de no ceder su juicio y de discernir por ella misma, como ella no solamente puedes ser bella, sino inteligente y sabia, manejarte con prudencia y saber aplicar tus conocimientos en el momento adecuado. Razonable, justa, y determinada, estas cualidades harán de ti un ser divino.
Afina tu perspicacia
Intuitiva y capaz de distinguir detalles a distancia, esta cualidad le dio a Afrodita la capacidad de sortear problemas, guerras y la salvó de muchos incidentes. Una cualidad que te enseña la capacidad de ser observadora y atenta a lo que está a tu alrededor para usarlo a favor.
Sé poética
Desarrolla como ella tu capacidad de ver lo extraordinario en lo ordinario de la vida. Esta cualidad te puede llevar a realizar como ella tus mayores conquistas y a inspirar también a otros. Recuerda las esculturas que Pigmalión le rogó hacer de ella al inspirarse en su belleza externa, gracias a esa belleza interior.
No pierdas la frescura
Eternamente joven no significa comportarnos como niñas inmaduras o hacernos un bótox, sino mantener un alma joven, ávida de conocer, experimentar y conservar un alma libre de amargura.
Explora tu lado romántico
Como la diosa del amor, puedes explorar en tu capacidad de ser soñadora, apegada al misticismo de la vida y la naturaleza; a Afrodita algunas veces se la vinculó con Gea, la madre Tierra, igual que ella esta conexión te permite estar en armonía con el mundo y la naturaleza.
Sé amable
Practica el ser amable, dirígete con cortesía, agrado y afecto hacia los demás. Ser gentil y cariñosa, no necesariamente quita lo inteligente y, sin llegar a lo servicial, esta cualidad es clave para que ser querida.
No olvides que eres mágica
En los mitos, el mismo Zeus temía que ella fuera la causa de guerras entre los dioses y por ello la casó con Hefeso. La sola presencia de Afrodita hacía que muchos quisieran poseerla, su compañía era simplemente mágica. Tu carácter y seguridad con tus cualidades pueden hacer de tu compañía, una presencia irresistible para todos.
Intenta ser auténtica
Esta diosa se para junto a Hera y otras diosas con la fuerza que le da el saberse inigualable. Afrodita es única; la autenticidad radica en que no te compares con otras diosas, sino que profeses tus cualidades y saques ventaja de ellas siendo tu misma.
No pierdas tu independencia
No fue como las diosas como Hera, Démeter o Perséfone, a pesar de vincularse con otros dioses y enamorarse, ello nunca la hacía vulnerable, al contrario, sus relaciones eran correspondidas y recíprocas. Igual que ella, valora la experiencia emocional y los vínculos independientes que no dejan de ser amorosos.
Afirma tu fortaleza
Afrodita es una guerrera, se enfrentó en batalla para proteger a su hijo Eneas aunque fue herida por Diómedes. Igual que ella, enfrenta a tus enemigos con fuerza interna y no te rindas ante tus búsquedas. Defiéndete de quien busca herirte a ti o a quienes amas.
No olvides ser compasiva
Amante y enamorada de Adonis, le da a éste un consejo para la caza: “no atacar a un animal que no demuestre miedo”, él no obedece y por ello muere, pero ella celebra, junto con quienes también lo amaban, una fiesta cada año en su honor. Sé capaz de identificarte con los otros y de compartir con ellos sus problemas, no sólo los ratos buenos, sino también las dificultades.
No dejes de ser sensible
Capaz de sentir e identificarse con la naturaleza, esta diosa hace gala de su sensualidad justo por su capacidad de sentir. De la misma manera tú puedes vibrar con el mundo, sentirte tú misma en armonía con la naturaleza y con los demás.
Recuerda que eres fértil
No sólo eres fértil por tu capacidad de dar vida, la más impresionante de cualquier mujer; más allá de que tengas hijos o no, ahonda tu cualidad de cuidar todo lo que vive y proteger a las personas que amas.
Explota tu erotismo al máximo
Comienza a explorar tu sensualidad sin reparos, descubrirás cualidades eróticas que no sabías que existían en ti. El erotismo tiene que ver más con la forma en que ejerces tu sensualidad, que de manera sobrecogedora puede hacer que la piel de cualquier mortal se erice. Afrodita no fue una diosa virgen, era capaz de tener relaciones sexuales con un dominio de su sexualidad y conocía las artes de sentir el cuerpo propio y hacer gozar al otro. Eso puede llevarte a una conexión en el disfrute de maneras insospechadas.
Arranca máscaras
Quizá sea momento de dejar los prejuicios de lado y sólo ser, arrancarte las máscaras o ponerte la que más te guste. Sé quien eres y olvídate de la preocupación, como dice Federico Gamboa en su obra “Santa”:
«¿Acaso te fijas en cómo crecen las flores? (…) haz como ellas, crece y hermoséate sin advertirlo, perfuma sin saberlo, y a fin de no perder tu hermosura (…) vive, respira fuerte, ríe a tus solas, ahorra lágrimas y enamórate del ángel de tu guarda, único varón que no te dará un desengaño».
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