El Surrealismo surgió en contraposición al Realismo, un corriente que veneraba la crudeza de la verdad y la realidad a pesar de lo catastrófico que fuera. Los nuevos artistas estaban cansados de ver tantas desgracias en el mundo y decidieron que era tiempo de voltearse a ver a sí mismos, a revelar los secretos ocultos de la mente y, en especial, del inconsciente. Se preguntaron: “¿Cómo abriremos las puertas de la psique?”. Y Freud les respondió: “A través de los sueños”.
El psicoanálisis fue el fundamento teórico para los surrealistas. Cuando se ve una pintura de Dalí, por ejemplo, las imágenes parecen no tener sentido por lo extrañas, absurdas e irracionales que son. Eso diría un seguidor del Realismo a través de su percepción lógica de las cosas. Un visionario surrealista verá en el cuadro el inconsciente del pintor, la llave a sus pensamientos.
“El gran masturbador” (1929), Salvador Dalí.
Por eso, el tema más recurrente en el Surrealismo es la sexualidad a través de los sueños. Un ejemplo de esta relación se encuentra en la pintura “El gran masturbador”, una clara apología a los sueños de su autor. Otro ejemplo claro de las temáticas sexuales en esta corriente artística se encuentra en el libro “Las once mil vergas”, escrito por Guillaume Apollinaire. La novela erótica relata la historia de Mony Vibescu, un joven que decide emprender un viaje por el mundo con el único fin de obtener los más intensos placeres. Su única acompañante es una prostituta francesa experimentada de nombre Culculine d’Ancône.
Las siguientes técnicas de masturbación fueron sacadas de la retorcida y pervertida mente de Culculine, quien se atrevió a liberar sus deseos sexuales reprimidos del inconsciente y de otros artistas surrealistas que emplearon ciertos métodos para elaborar su obra. Digamos que el clítoris es el lienzo y lo que se pose sobre él será la brocha.
–
Técnica frottage
“Los grandes enamorados” (1926), Max Ernst
Originalmente, se pone una hoja sobre algún objeto, posteriormente se frota un lápiz encima para obtener una impresión de la imagen y de su textura. Fue ideado por el pintor surrealista Max Ernst. En esta ocasión se cambiará el papel por una compresa caliente. Lo más caliente que pueda soportar tu cuerpo. El primer paso es tener pensamientos sensuales para que el nivel sanguíneo descubra el clítoris. Recostada en la cama, cubre tu clítoris con el pedazo de tela. Sentirás un consquilleo intenso. Como lápiz usarás una paleta de hielo para que puedas manipularla fácilmente. Antes de empezar a frotar, continúa estimulándote metiendo un dedo en la vagina. Juega con tu mano hasta que sientas que el clímax se acerca. Ahora sí, frota la paleta de hielo sobre tu clítoris cubierto. La mezcla de ambas temperaturas intensificarán el orgasmo de una manera que nunca habías sentido.
Conoce el origen del Surrealismo.
–
La palma sobre el clítoris, los dedos dentro de la vagina.
Esta es una de las técnicas favoritas de Culculine d’Ancône, y es muy sencilla. Pon la palma de tu manos sobre el área del clítoris e inserta los dedos en tu vagina aproximadamente a 2.5 cm de profundidad. Empieza a mover la mano de manera circular hasta que llegue el orgasmo. Puedes cerrar las piernas y sentir las contracciones de tu vagina. Además de todo esto, que parece algo cotidiano, Culculine se ponía sobre las cuatro extremidades, se masturbaba con una mano en la vagina y con la otra sostenía un plumero que acariciaba su ano. El acto se completaba cuando d’Ancône se metía a la boca alguna fruta o vegetal que tuviera forma de falo.
–
Montar un burro o equino sin silla de montar
“Guillero Tell” (1930), Salvador Dalí
Puede sonar totalmente absurdo, pero hay una razón muy surrealista en este punto. Tanto en Salvador Dalí y Luis Buñuel, el símbolo del asno estuvo muy presente durante toda su obra. Para ellos representa gran virilidad por el enorme tamaño de su pene. Cuando se ve a alguno de estos animales en sus películas o pinturas es porque quieren resaltar el poder sexual. Para traspasar este acto surrealista al mundo ordinario es necesario montar a estos animales sin ninguna silla. Los movimientos ondulantes y la posición del cuerpo producen en la mujer una sensación erótica y estimulante.
–
El camino de la soga
Otro de los juegos de madame Culculine d’Ancône consistía en amarrar una larga soga de extremo a extremo de habitación. La altura debe quedar justo para que la mujer pueda caminar y le roce la entrepierna. Este puede ser un método pervertido, pero de eso se trata liberar los deseos sexuales reprimidos. Mientras más cerca está la cuerda a la vagina, mayor será la estimulación. Si te interesa puedes hacerle diversos nudos a la cuerda para cuando pases sobre ese montículo tu clítoris tenga una placentera sacudida.
–
Técnica grattage y eclaboussure
“Mujer pájaro” (1964), Joan Miró
El grattage o raspado consiste en rasgar el lienzo para que la pintura se vaya degradando, era utilizado por Joan Miró. En el eclaboussure o salpicado, se fijan los óleos y acuarelas y luego se vierte aguarrás sobre la pintura. Esta técnica la ocupaba continuamente Remedios Varo. Tanto el raspado como el salpicado con aguarrás serían muy extremas para el clítoris, pero se puede hacer su equivalente justo para tu zona más sensible. El procedimiento es muy sencillo: en tu casa busca un chorro de agua que caiga constantemente, de preferencia el que sale de la regadera o tina, pues es de agua caliente. Pon tu clítoris justo debajo de este hilito de agua. Inmediatamente comenzarás a sentir un delicioso cosquilleo. Cuando te sientas muy excitada, agarra tu cepillo de dientes y con mucho cuidado date golpecitos en el clítoris. Hay que decir que unos son más sensibles que otros, pero si tu cuerpo lo permite, puedes frotar las cerdas en tus labios.
–
Al estilo Cleopatra
Dicen los grandes libros de historia que la emperadora Cleopatra amaba masturbarse, y entre sus excentricidades ocupaba un objeto de forma fálica hueco. Pedía a uno de sus súbditos que lo llenara de abejas y lo tapara. Llegaba el objeto zumbante a las manos de la bella mujer, ella lo sacudía e inmediatamente comenzaba a vibrar. Así fue como Cleopatra inventó el vibrador hace más de dos mil años. Tu podrías intentar lo mismo con la ayuda de un especialista. Sí, parece muy absurdo, pero estamos hablando de maneras surrealistas de estimular el clítoris.
–
Al final, estas técnicas fueron planteadas con el fin de incitar a liberar todos los deseos sexuales reprimidos, así como los surrealistas quisieron hacer a través de sus obras. El objetivo es liberar el inconsciente. Seguramente tú tendrás tus propias formas surrealistas de estimular tu clítoris, en ese caso, podrías compartirlas. Si quieres saber más puedes leer 5 técnicas de masturbación para mujeres o 12 datos que no sabías sobre la masturbación femenina.