Imagina que puedes cumplir la fantasía sexual que desees. Algo tentador sin duda. Tal vez tienes un fetiche con los pies, te gusta mirar a gente mientras hace el amor o te gusta que te vean mientras te masturbas. Simples, pero también íntimos secretos. Ahora imagina que puedes cumplir fantasías mucho más explícitas y menos comunes…
En el mundo hay distintos lugares para hacerlo, pero solamente en Japón es donde hay toda una industria que se dedica a celebrar tan peculiares tabúes.
Los clubes sexuales de Japón son un secreto a voces, una industria multimillonaria que se estima es la segunda actividad económica más grande del país nipón después de la rama automovilística. Así como en México el narcotráfico opera masivamente en todo el país y genera millones de dólares, en Japón sucede algo similar con la industria sexual. Con la prostitución siendo ilegal, la Yakuza es la que opera los negocios, y las cosas que ahí suceden son más intensas que lo que podrías ver en Amsterdam u otras ciudades europeas.
Tal vez te interesa masturbarte mientras una mujer completamente vestida te observa, si es así, puedes entrar a un “Onakura”, que es el club de la masturbación. Ahí está estrictamente prohibido tener sexo con la mujer que te observa, pero por un pago extra, ella puede ayudarte a terminar lo que tú empezaste (un japonés cuenta que al charlar con la chica con la que estuvo, supo que muchas estudiantes universitarias trabajan ahí para pagar sus cuentas en la universidad). Con tarifas nada baratas, puedes contratar una habitación hasta por 90 minutos. También están los famosos soaplands, que son un tributo a los baños turcos, pero aquí puedes pagar para que una o varias prostitutas te bañen o tú las bañes, esta actividad es una de las pocas en las que la penetración está asegurada, algunos dicen que es porque la tradición de los soaplands tienen más de 400 años de historia. A pesar de eso, la mayoría de los negocios pueden ser legales mientras no haya penetración incluida.
La cultura japonesa es bastante estricta y los valores tradicionales siguen bastante arraigados entre los habitantes. Pero la prostitución y el sexo son parte de la cultura de cualquier país, por lo que estos establecimientos son bastante famosos. La buena noticia es que puedes realizar casi cualquier fantasía; la mala,es que está fuera de los limites para los extranjeros, así que si la gente te considera un gaijin [1] no podrás cumplirlas.
Desde cafeterías con pisos que son espejos y en el que las meseras no usan ropa interior, hasta carros llenos de prostitutas disfrazadas de colegialas para que sacies tus fantasías, la industria sexual de Japón realmente se esmera en la palabra “Fantasía”. Es por eso que una turista estadounidense llamada Joan Sinclair, al enterarse de estos sitios intentó visitarlos para saber de qué se trataba. El acceso le fue negado en 1995, pero 10 años después regresó a Japón con ese objetivo y durante un año estuvo cortejando a gerentes, se hizo amiga de las prostitutas y de todos los que le pudieran dar acceso y finalmente entró a los clubes con una cámara. El registro quedó plasmado en el libro “Pink Box: Inside Japan’s Sex Clubs”.
Dentro, se encontró con cosas bastante raras, como hospitales falsos en los que el visitante se puede tumbar en una camilla y las enfermeras lo visitan para “asistirlo”. También están los cuartos de acoso en el que se puede desnudar a una mujer que hará lo posible por evitarlo, pero el punto es que la persona saque esa frustración sexual que tiene guardada (algunos solamente te permiten ser un acosador que la desnuda de la cintura para arriba).
Sinclair admite que es bastante difícil que los extranjeros entren a esos lugares, pues no conocen la cultura sexual del país y pueden ser muy groseros con las mujeres, así que a pesar de que es completamente conocida, la industria se reserva el derecho de admisión.
Bastante ajena a nosotros, la cultura japonesa tiene un gran abanico de posibilidades para cumplir las fantasías más extrañas. ¿Tú visitarías algún lugar así? ¿Te atreverías a buscar entre las opciones esa fantasía que tanto tiempo te ha llamado la atención pero que nunca has comentado?
[1] Gaijin: término japonés para llamarle a los extranjeros.
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Fuentes: Caveman circus