Con una longitud de ocho a 10 cm, la vagina se convierte en un laberinto resguardado por una alfombra de feromonas y trampas de los perfumes que llevan a las parejas potenciales a la tierra prometida. El cuerpo femenino es un misterio, sobre todo la vagina, no por nada es la fascinación de hombres y científicos. Este conducto cuenta con ocho mil terminaciones nerviosas ubicadas en el clítoris, a diferencia del glande del pene, que sólo tiene cuatro mil, y que lo mismo sirve para eyacular que para orinar y liberar otro tipo de desechos; la vagina está diseñada para una sola función: otorgar placer, una especie de entrada anatómica al imperio de la satisfacción sexual.
La fascinación que causa este laberinto ha llevado a la humanidad a crear mitos que lejos de aclarar algunas dudas, sólo sugieren más. Hasta aquí, y tras las múltimples publicaciones que se han hecho sobre la “gruta divina”, ha quedado claro que la vagina sólo se refiere al órgano interno, pero la vulva es la que se refiere a los órganos sexuales femeninos externos y está constituida por el monte de Venus, los labios (superiores e inferiores) y el clítoris.
Pero sucede que al igual que el resto de la anatomía humana, la vulva de cada mujer es diferente, orillando a muchas de ellas a recurrir a una cirugía estética para hacer de sus labios vaginales “algo normal”.
Existen numerosos estudios que relacionan la percepción corporal de la mujer con el goce y la confianza que refleja durante el acto sexual. Sin embargo, pocos se han hecho para investigar el rol de la imagen genital en la experiencia sexual de la mujer. Por esta razón resulta lógico que si hasta hoy se consideran otras partes del cuerpo para denominar lo bello y lo feo, los genitales jueguen un papel muy importante con la autoestima en la vida sexual de cada mujer.
Un estudio realizado a 3 mil 627 mujeres encontró en 2000 que quienes tenían una autoimagen corporal positiva disfrutaban más la actividad sexual: tenían iniciativa, disfrutaban del orgasmo, no apagaban las luces y experimentaban mayor confort al estar desnudas frente a sus parejas.
El resto de la muestra dijo sentirse incómoda, más que por su imagen corporal en general, por el aspecto de su vulva, en particular. Por esta razón, el rediseño vaginal puede mejorar la autoconcepción corporal de la mujer y su autoestima.
Las mujeres se someten a una cirugía, conocida como Labioplastía, para crear genitales perfectos gracias a la falta de información sobre los riesgos potenciales del procedimiento, según un informe. La investigación publicada en el British Journal of Obstetrics and Gynecology también se cuestiona la noción misma de los genitales estéticamente agradables.
Lo que comenzó como un paseo por el loco mundo de la cirugía plástica genital se convirtió en un documental apasionado de la feminidad moderna: The Perfect Vagina (La vagina perfecta) es un filme que explora la vida de diversas mujeres que se sometieron a la labioplastía por diferentes razones: la maternidad, la genética y la menopausia.
Desde 2010 las operaciones para mejorar la apariencia de los órganos sexuales, tanto por razones psicológicas y físicas, están en aumento. Algunos cirujanos han dicho que el informe presentado por el British Journal of Obstetrics and Gynecology “exageró” los riesgos del procedimiento establecido. La labioplastia, como se le conoce, tiene un valor aproximado de 3 mil euros y se ofrece para diversas razones: el uso de ropa apretada o andar en bicicleta es incómodo, mientras que otros dicen que sienten vergüenza delante de una pareja sexual.
A continuación presentamos The Perfect Vagina, un documental que presenta al órgano femenino lejos del placer.
