¿La verdad social es la misma que la realidad interior? La intimidad es cobarde, porque el interior explota en un mar de furia cuando se deja a la vista. Una tranquilidad mórbida, conflictiva, llena de caos. No sabemos cómo contener el interior de los cuerpos, lo que no se ve. De los fluidos que intentamos ocultar dentro de nosotros y si no es posible, lejos del espacio público, de los ojos de los extraños. Intentamos no parecer nerviosos pero dentro, ese nerviosismo sale en los momentos más inoportunos.
En secreto somos tranquilos y sinceros. Dejamos que nuestros anhelos salgan a la luz y nos dejamos ver tal y como somos. No pretendemos, nos quitamos la máscara, olvidamos que allá, afuera de nuestro hogar, hay gente que observa todos nuestros movimientos. Porque en casa las apariencias no importan, no simulamos porque no tenemos nada que demostrar y dejamos que los sentimientos más profundos y las ideas más siniestras reluzcan.
Nos miramos verdaderamente, desnudos, sin presiones ni festividad. Pero aún lucimos borrosos, no nos hallamos, dejamos de encontrar nuestra esencia para encontrar en nuestra presencia la presencia de aquellos que han marcado nuestra vida. Somos los otros pero más inconformes, menos bellos, nostálgicos y llenos de deseos. Sin embargo, la siempre inoportuna muerte, el indiscutible anhelo a ver más, están a nuestro alrededor, relucen siempre y nos llenan de miedo y vergüenza. Buscamos no perecer pero no hacemos nada para dejar huella.
Nos adentramos en el inevitable caos que trae consigo la comodidad: un refri lleno de porquerías, la habitación sucia, nosotros recostados por horas perdiendo el valioso tiempo que nunca se detiene. La belleza y la calma están sólo en la superficie pero en una inspección más profunda, nos recuerdan que el trasfondo siempre es incómodo y mucho más oscuro.
El fotógrafo de Oslo Geir Moseid, captura los momentos serenos de todos los días en un modo un poco diferente. Un lugar confortable y seguro, toma otro significado: se convierte en un espacio donde nadie ve lo que ocurre detrás de las puertas, listo para ser el cómplice de nuestros peores pecados. “Tomando momentos de la vida diaria, la confronto con el modo en el que las verdades sociales pueden ser representadas”.
Los roles de género son un tema siempre a discusión, y para Geir Moseid, se ha convertido en un tema que siempre es interesante de representar confrontándolos con diferentes escenarios. Sus proyectos son un estudio en la intimidad, la muerte y las relaciones humanas que siempre dividen entre la inmediatez y la incertidumbre, siempre en medio del caos y sin saber lo que realmente está en control.
La condición del cuerpo en la intimidad es complicada y llena de caos, pero la condición femenina es tal vez lo más difícil de entender.
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