Una delicada silueta recorre la Tierra, su figura formada por líneas y curvas es un lienzo que observa y construye; con un caminar pausado inmortaliza su belleza en la naturaleza que lo rodea, un cuerpo que es hogar del alma y representante de su propia existencia.
El cuerpo ha sido por años testimonio de la evolución del ser humano y representante de su ideología, un símbolo de arte que ha trascendido como referente social, dios, signo de perfección o reflejo del universo; el único elemento capaz de convertirse en la vida misma.
Pero es el encanto de su desnudez, lo que por años, ha conquistado a las mentes creativas de distintas épocas. En la simplicidad de su esencia el hombre ha modelado la cultura, moralidad y estética de distintas etapas de la historia.
El hombre que ha estado por siempre enamorado de la belleza se ha dejado encantar por su propia imagen, haciendo de ésta una verdadera obra de arte. Es a principios del siglo XX que el cuerpo se desprende de su valor social para adquirir una connotación estética y artística.
Fotógrafos, pintores, escultores y artistas han encontrado su inspiración en el cuerpo, perpetuando su esplendor en una amplia variedad de creaciones; pero su importancia va más allá de la estética pues existe una cualidad que hace del cuerpo una pieza digna de trascender a través de las bellas artes.
La materialidad de nuestro cuerpo nos permite experimentar la vida, con él recorremos y observamos la maravilla del mundo, a través de su piel sentimos la vida; es ésta su condición más importante: la emoción.
Olga Zavershinskaya es una fotógrafa de origen ruso nacida en la ciudad de Voronezh en 1986. Su pasión por la fotografía la llevó a dedicarse por completo a la creación de arte a través de esta disciplina; pero su verdadero interés despertó cuando descubrió las maravillosas imágenes que pueden surgir gracias a la emoción que transmite el cuerpo humano. Su trabajo, basado en la técnica y la emoción, busca resaltar los principios estéticos de los objetos, específicamente del cuerpo, alcanzando así un equilibrio entre la estética y la emoción.
Zavershinskaya combina líneas formas y luces con la finalidad de transmitir su ideología al espectador mientras que mantiene la estética de visualización. La fotógrafa no busca crear arte para encerrarlo en un marco, desea que la libertad de sus formas se trasporten al pensamiento de aquellos que observan su obra.
Zavershinskaya utiliza el cuerpo humano como instrumento para manipular y construir impresiones e ideologías. “Me gusta buscar algo nuevo, probar nuevas tendencias, tanto en técnica de la fotografía y el procesamiento posterior”, menciona la artista.
Estas son las fotografías más impresionantes de la colección Paper Work, la cual permite apreciar la belleza y perfección del cuerpo que nos ha sido dado y la maravillosa habilidad que tenemos para transmitir vida y emociones con un conjunto de papeles que resaltan las impresionantes siluetas.
Si quieres saber más de la artista y su trabajo, visita Olga Zavershinskaya.
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