El erotismo es la aprobación de la vida hasta la muerte. Esa es la frase inicial con la que el escritor francés Bataille Georges, comienza su célebre libro: El Erotismo. Considerado como uno de los trabajos más importantes respecto al concepto, Georges detalla que a diferencia de la actividad sexual reproductiva, misma que compartimos en común con los animales sexuados, el ser humano ha desarrollado una actividad erótica y que se caracteriza por una “búsqueda psicológica independiente del fin natural de la reproducción”. Es decir, una actividad encaminada a detonar los mecanismos mentales que provoquen el placer, específicamente el libido.
Se sabe, por ejemplo, que las costumbres más antiguas del ser humano giran en torno a la muerte y a la sexo, prueba de ello son los entierros milenarios y múltiples objetos que podrían haber servido como dildos, o bien, representaciones de dioses que representaban el deseo sexual. La actividad sexual se distanció de su carácter reproductivo para convertirse en un ritual que satisficiera las necesidades psicológicas del libido, y alrededor de ese deseo surgió el gran estimulante psicológico: el erotismo.
El erotismo y la sensualidad son conceptos relacionados pero que mantienen importantes diferencias. Aunque ambas tienen la intención de atraer e incitar al deseo sexual, el erotismo comprende expresiones faciales, un lenguaje corporal específico acompañado de acciones mucho más sugerentes y múltiples manifestaciones verbales. A diferencia de la pornografía, descripción pura y simple de los placeres carnales, lo erótico, necesariamente pornográfico por añadidura, se entiende en función de una idea del amor o de la vida social.
El arte, como camino de la expresión humana, tiene múltiples referencias al erotismo. La literatura cuenta con piezas como Lolita, El amante de Lady Chatterly o Trópico de cáncer. En la pintura, el Renacimiento italiano floreció en torno a la belleza del desnudo, con La Venus de Urbino como estandarte y que llegaría a inspirar hasta La Maja desnuda. El séptimo arte no quedaría relegado pues aunque los primeros cortos eróticos de principios del Siglo XX son los pilares para la gran industria pornografía actual, también existen otras piezas en las que el concepto es elegantemente abordado como La Dolce vita y El último tango en París.
Sin embargo, dejando atrás las representaciones clásicas del erotismo, las tecnologías modernas, específicamente la animación, han traído una nueva forma de ilustrar aquello que alimenta la libido humana. Un asunto explotado por Jean Francois Painchaud, quien de día realiza diseños para escenarios de programas infantiles, y de noche genera gifs eróticos y psicodélicos, los cuales han ganado una importante notoriedad en redes sociales. Los gifs, acrónimo de un formato de imágenes y animaciones para Internet, son breves secuencias animadas que se repiten de manera infinita.
Recientemente entrevistado en la revista Vice, el canadiense detalla que su formación comenzó como desarrollador de videojuegos, estudió animación y arte conceptual, y dejó inconclusas las tres carreras: “Sólo quería aprender lo máximo de cada cosa, algo que puedes saber durante el primer año”. Fue hasta que encontró un video en Youtube sobre cómo hacer animaciones, que comenzó a probar en esta disciplina, y que hoy lo mantiene como un artista emergente.
Con colores disonantes, y animaciones que remiten a un viaje psicodélico, el artista detalla escenas de amor, amistad y sexo, cargadas de un profundo erotismo no apto para los más conservadores. En esa delgada línea entre el arte y la pornografía, Phazed presenta un universo alterno donde el placer, y el orgasmo, se disfruta con todos los sentidos.
Sin embargo, a pesar de que tener 9 años en la plataforma DeviantArt, en la cual compartía sus diseños y animaciones, el artista comentó que no fue sino hasta que probó los hongos alucinógenos, que su carrera despuntó, llevándolo a crear las animaciones que despiertan los instintos más básicos del ser humano. Ahora, su efervescente carrera digital, con suma popularidad, lo llevó a ser contactado por Giphy para realizar una animación que sea parte del nuevo video de Beck.
Phazed se enfrentó a la censura de sus animaciones en Facebook, ante una rígida política de la plataforma de evitar todo el contenido que muestre algún tipo de desnudez o que promueva la explotación sexual. En palabras del artista, el hecho de que Facebook censure un pezón y no una decapitación, es una muestra de la misma sociedad, en la cual el cuerpo humano se oculta y la violencia tiene un gran canal de difusión. A pesar de la censura, la polémica en torno a ello generó que aún más personas conocieran el trabajo de Phazed y que se viralizara a través de otras redes sociales.
Te compartimos algunas de las animaciones del artista, al cual puedes seguir en sus diversas redes sociales, Instagram, Tumblr y Facebook.