Las habitaciones propias esconden, guardan y permiten todo. Muy al estilo de Virginia Woolf, quien postulaba ese espacio físico que se transportaba a los terrenos de lo trascendental para dar paso a lo que es auténtico y no se gobierna por el decreto ajeno; la recámara es ese lugar donde habitan los sueños, las masturbaciones, el sexo, los llantos, las risas en solitario y cualquier adecuación previa a salir al mundo. El cuarto de dormir, que no siempre se destina a la necesidad del descanso, es un habitáculo para la intimidad suave y para el erotismo duro; recordemos la Francia rococó del siglo XVIII –en la época de Luis XVI– donde las casas opulentas o castillos solían tener una habitación privada dentro de los dormitorios principales, llamadas boudoir. Ese pequeño espacio era utilizado por las mujeres para embellecerse, ejercitar las artes propias de su género y, ocasionalmente, como una recepción dispuesta para encuentros amorosos con los hombres a quienes se les invitaba con antelación. No cualquier varón podía estar allí.
Dicho lugar fue descrito alguna vez por el Marqués de Sade como encantador, elegante y frívolo; esta habitación fue entendida desde entonces como una suerte de cabinet donde, además de su soledad artística o descanso pacifico, se adiestraba el erotismo y las herramientas de la seducción perversa. Esto alimentando al imaginario del hombre, por supuesto; sin embargo, el boudoir era también un habitáculo femenino donde se podía vivir en libertad del control masculino y el más indicado para recibir a las visitas de más estima, confianza y seguridad.
Según la vieja literatura y la imaginación popular que se creó alrededor del boudoir, éste es un nido de amor suntuosamente decorado, tan estrafalario como se ilustra el interior del elefante en Moulin Rouge y su versión fílmica de 2001 (Baz Luhrmann) y estrechamente relacionado con una estética de lingerie europea en contraste con la seducción casi bondage. Así, el término se ha aplicado a un estilo de fotografía desde el siglo XX que pretende retratar la belleza femenina de una manera íntima, sensual, hipererótica; que al igual que la mujer de antaño busca su representación seductora a partir de una tradición lasciva; también actúa en pos de su seguridad como mujer y no por el hambre de los hombres.
Para entender más de esta fotografía en la actualidad, basta con indagar un poco en Instagram y ver cómo es que ha evolucionado esta performática y la mirada que le captura. Los fotógrafos a continuación, entonces, ofrecen una perspectiva revolucionada, de continuación en esta visibilidad plástica de la mujer sugerente.
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Lisa B
Colores suaves, bajas temperaturas y un juego activo entre fashion hipster y fitness.
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Georgy Alexandrov
Tradicional blanco y negro, intensas saturaciones, lencería clásica y miradas inocentes; la combinación perfecta del old school.
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Billy Bilacous
En un tono intermedio entre las SuicideGirls y una Playboy bunny, este fotógrafo encuentra el salvajismo necesario en la clásica belleza americana.
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Daniel Chase
Suaves brillos y gestos casi infantiles gobiernan la fotografía de Chase para aportar una mirada, aunque sutil, de sugerencia más atrevida.
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Silviu Săndulescu
Jugando con las bellezas más discordantes del mundo, con el gesto masculino en la silueta femenina, con las curvas exacerbadas, Silviu cuenta hoy con uno de los Instagram más interesantes en cuanto a boudoir se refiere.
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John P. Dunnigan
Dunnigan echa mano de los tonos ocre, la estética vintage y algunos cuerpos reales, en total discordia con el mainstream editorial del erotismo para crear imágenes íntimas de fácil compenetración para el público.
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BONUS
Jova Films
Aunque no se trata específicamente de un fotógrafo en particular, esta firma de videos eróticos tiene una cuenta en Instagram donde la chica contemporánea, al aire libre y con buena conciencia fashionista, se hace notar en una sensualidad que no pide permisos. Azules cielos y elementos cotidianos son el dúo que le han garantizado su éxito.
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Así como estos artistas comparten su visión del tema, de la sensualidad que nace y culmina en la mujer, puedes ver el rostro fashionista de tal estilo siguiendo los Consejos para perfeccionar el estilo boudoir y conocer a otros Fotógrafos que te enseñarán a quitarle la ropa al amor de tu vida.