Voyeur: del verbo voir (ver) con el sufijo -eur del idioma francés. Una traducción literal podría ser “mirón” u “observador”, con la connotación peyorativa del caso.
Parafilia: (del griego παρά, pará: ‘al margen de’, y φιλία, filía: ‘amor’) es un patrón de comportamiento sexual en el que la fuente predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino en alguna otra cosa o actividad que lo acompaña.
Partiendo de estas definiciones, el voyeurismo es una conducta que puede llegar a ser parafílica, caracterizada por la contemplación de personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual con el objetivo de conseguir una excitación sexual. Dejando en claro que la actividad del voyeurista no implica actividad sexual posterior.
La intensión del fotógrafo japonés Kohei Yoshiyuki no es exitarse con las fotos que captura, sino hacer de sus imágenes una experiencia, no siempre, voyuerista.
A través de la serie Kōen (Park), Kohei Yoshiyuki intentaba capturar lo que sucedía en los parques, así que no era un verdadero voyeur como quienes padecen esta conducta. Aunque en el fondo cree que la fotografía ha atravesado los límites de la intimidad, pues el acto de fotografiar en sí es de alguna manera: voyerista, basta con estar en el momento preciso en que el fotógrafo oprima el obturador, para que la imagen de lo “cotidiano” revele la presencia de alguien o algo, imágenes que encantan, seducen y pierden su privacidad, por lo que ser un fotógrafo es, también, ser un voyeur.
Las fotografías en blanco y negro, pertenecientes a la serie Kōen, fueron publicadas en 1980 en el libro que tradujeron como “un manual del voyeur acomedido”, ésta muestra fotografías de personas en actividades sexuales en los parques Shinjuku y Yoyogi, de Tokio, la mayoría con espectadores desconocidos, “intentando interactuar un poquito”.
La idea de fotografiar a las parejas mientras tenían relaciones sexuales en el parque, surgió cuando el fotógrafo y un amigo atravesaban por la noche el parque Chuo Park, en Shinjuku, y se encontraron con una pareja que era observada durante el acto sexual.
Así fue cuando descubrieron que el parque que durante el día estaba lleno de niños jugando, tenía una vida muy distinta por la noche. Fueron 6 meses los que el fotógrafo acudió al parque hasta que pudo ser admitido por los mirones como uno de los suyos. Después de ser aceptado, comenzó, en un periodo de 3 años, a fotografiar a parejas y voyeurs en los parques Shinjuku, Yoyogi, y Aoyama del centro de Tokio.
Las fotografías fueron tomadas con una cámara de 35 milímetros, con película infrarroja y flash Kodak también de infrarrojos. Durante los tres años de fotografíar a las parejas en el parque, jamás fue descubierto, pues ni las parejas ni los voyeristas se daban cuenta.
Las fotografías de Yoshiyuki forman parte de colecciones del Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo de Arte Moderno de San Francisco, el Museo de Fotografía Contemporánea de Chicago, el Museo de Bellas Artes en Houston y del Museo de Carolina del Norte de Arte en Raleigh.
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