En redes sociales circuló una imagen de dos padres peinando a sus hijas, ayudándolas a arreglarse para ir al escuela. La imagen se volvió viral y la controversia comenzó. Algunas personas encontraban deplorable la situación; dos homosexuales tatuados cuidando a dos niñas, la prueba de que los valores no existían. Otros encontraron en esa imagen una muestra del amor paternal que nada puede superar, la visión perfecta de lo que una familia debe representar y otras personas incluso se fijaron en el atractivo de los papás cool, quienes se convirtieron en el objeto de deseo de hombres y mujeres.
Cuatro personas en una de las actividades más memorables para cualquiera, ese momento en el que tus padres te ayudan antes de comenzar el día, uno de esos pocos momentos que todos pueden compartir y que se atesoran toda la vida. Eso era para ellos, pero muchos continúan diciendo que es inmoral, antinatural y despreciable.
Tiempo después las criticas perdieron ante millones de mensajes de apoyo a los padres y sus hijas, quienes demostraron que el amor siempre gana. Una muestra de solidaridad impresionante, pero a pesar de ser un flechazo de calor en nuestro corazón, hoy, la imagen no debería generar una controversia. El amor es una búsqueda de felicidad compartida que se extiende a más de una persona. Cada quien lo interpreta de distintas maneras, algunos en una unión simple, otros con una boda, hay quienes buscan formar una familia (palabra cuya definición también es necesario examinar) o algo más. No hay verdades absolutas, pero algo que no se permite, por la propia naturaleza humana, es privar a otro de los derechos que uno debería de gozar.
¿Quién merece nuestro amor? según Sartre somos arrojados al mundo al nacer, esto es ante miles de miradas hostiles, también dice que estamos condenados a la libertad. Somos criaturas indefensas que necesitan cuidados, y antes se pensaba que bastaba con ser padres para sentir ese amor y sentido de proteger a nuestra familia, pero eso es algo que se ha demostrado desde el inicio de la historia que no es cierto. Tener un hijo no convierte a las personas en benévolos seres llenos de luz y amor, es la actitud que toman al cuidar de alguien que acaba de abrir los ojos ante lo desconocido, que en un grito ahogado, sin capacidad de ver abren la boca y las manos en busca de un consuelo que los alivie de distintas formas por el resto de la vida.
El amor es la necesidad de trascender más allá de lo que somos.
El amor es lo que nos permite soportar una vida de tragedias y malos momentos, consagrando pequeños eventos en nuestra memoria por el resto de nuestra vida.
El amor es conocer todo lo que está mal y luchar por demostrar que esas cosas se pueden cambiar.
El amor es sonreír al ver a esas personas que han cambiado nuestra vida y que son parte esencial de ella.
El amor es sabernos capaces de dar la vida por alguien más, de sacrificar todo y de entregar lo que somos incondicionalmente sin esperar algo a cambio.
El amor no conoce límites, no distingue géneros, no tiene una cara y no debe ser exclusivo de personas que han obligado a que tenga una definición, que disponga que solamente ciertas personas pueden gozar de él. Algo natural, digno de cualquiera que conozca lo que significa, tiene derecho a dar el máximo de ese sentimiento que nos transforma en la mejor versión de nosotros.
No hay que caer en incongruencias, en mitos del pasado que buscan herir a quienes tienen mucho amor que dar, pero que no cumplen con los requisitos que otros querrían. El amor es todo, es lo único que nos puede salvar de la existencia.
