El amor no existe, sólo existen fotografías, poemas, canciones y películas que hablan sobre este concepto. Productos culturales fabricados para apuntalar un concepto que define miles de millones de existencias pero que está tan vacío como un cántaro abandonado en el desierto. Se trata de expresiones artísticas construidas para formular una salida a las miserias de la existencia humana frente a la desolación y la soledad del día a día. Tuvimos que crear un concepto así de vago y de utópico para hacernos creer que había algo más que un largo (o corto) y superfluo camino entre la vida y la muerte. Una razón para vivir con alegría, sufrimiento, dolor, felicidad, placer y vacío. Un sentido para la vida.
Y en ese sentido, en aquellas expresiones que intentan convencernos de la gran mentira, existen algunos proyectos que lo logran con brillantez. Tal es el caso de las fotografías de Natalia Mindru Photomicon, una artista de origen rumano que decidió dar un giro a su carrera fotográfica. Después de retratar parejas en el día de su bodas quiso plasmar expresiones de amor un tanto más espontáneas y naturales. Lejos de las fotografías en medio de un bello parque, una avenida bulliciosa o en la soledad de la playa, las nuevas tomas se realizan en el corazón de la intimidad y reflejan un amor crudo, verdadero, espontáneo, emocional y sexual que inmediatamente provoca empatía con la pareja retratada.
El proyecto lleva por nombre”Urban Love”, y resulta en el mosaico de emociones, instantes, recuerdos, miradas, secretos y silencios propios de la intimidad de una pareja. La serie se conforma a partir de mini-series que Natalia construye a partir de encuentros con la pareja, mismos que se logran a partir de redes sociales. La convocatoria lanzada por la fotógrafa rumana consiste en buscar parejas dispuestas a posar para su cámara en momentos de intimidad; los cuales nada tienen que ver con el sexo, sino con la sensualidad y el erotismo que desprende una misma alma que habita en dos cuerpos diferentes.
Es de este modo como la fotógrafa y la pareja superan la pena, la incertidumbre y hasta las dudas iniciales para invitar a Natalia a ser parte de ese concepto de amor por algunos minutos. Durante el tiempo que dura el “shooting”, las parejas se desenvuelven en aquello que conforma su cotidianidad: lágrimas, risas, cariños, ternura, preguntas, jugueteos, apego, dependencia, empatía y fuertes lazos emocionales. Y como si pudiéramos ver y sentir como ellos, por un momento somos cómplices y testigos de las historias que se gestionan en el mundo que resulta el cuarto de una pareja.
Natalia comentó para “FeautureShoot”, que es a través de esta serie que ha encontrado razones para creer en el amor, en uno que se aleja del concepto definido por tarjetas postales de venta masiva y los medios de comunicación, pero que no está lejos de los términos incondicionales que en muchas ocasiones negamos. Tras la experiencia que le ha legado “Urban Love”, la artista rumana dice no poder definir el concepto del amor en palabras, pero está segura con base en lo que ha visto, que sí existe. Y existe porque hay fotografías, historias, películas que hablan de aquello que mueve los hilos más sensibles de un ser humano, y sea un concepto, una fuerte emoción o un constructo social, es innegable que es algo que define nuestras existencias.
Puedes conocer más de Natalia en su página oficial, y conocer las nuevas mini-series de “Urban Love” a través de su cuenta de Instagram. Todas las fotografías son propiedad de Natalia Mindru Photomicon.
Porque no hay nada como los momentos de calma después de hacer el amor.
Y las risas que vienen y van.
Silencios compartidos.
Existencias compartidas.
Las ganas de ser quién uno es sin temor a nada.
Y de nunca perder la capacidad de jugar.
Compartir, gustos, pasiones e inquilinos en la vida.
Contemplarse a los ojos y saberlo todo.
Aunque haya dudas e incertidumbres, todo sigue ahí.
Secretos a través de besos.
Caricias muy localizadas.
Tejerle el cabello.
Despertarle a besos.
Abrazarlo para no dejarlo ir.
Disfrutar el estallido de la risa.
Devorarle a besos.
Cantarle a la vida y a los vecinos.
Enfrentar la vida con el amor.
Y disfrutar cuando la vida nos despeina.
Y cuando podemos jugar al amor.
Recibir calor y amor de esa persona.
Y convertir momentos en recuerdos.
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Referencia
Feature Shoot
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