La belleza está en las pequeñas cosas, en lo detalles minúsculos, en lo que parece insignificante pero podemos dotarlo de un significado propio. En aquello en lo que nos refugiamos y nos aferramos para resistir los delirantes designios del azar, encontramos cierta luminosidad que nos permite seguir en pie.
“Miro alrededor ¿y saben qué veo? Perdedores. Somos unos perdedores; gente que ha perdido cosas. Todos perdimos cosas. Es así. Todos nosotros. Nuestras casas, nuestras familias, vidas normales. Y, en general, la vida quita más de lo que da”, dice Star-Lord, casi al final de la película de “Guardianes de la Galaxia” (2014). Y después concluye antes de que comience la batalla final: “Pero hoy no. Este día nos dio algo. Nos dio una oportunidad. […] La oportunidad de no escapar”.
En retrospectiva, creo que durante un tiempo me aferré a esa pequeña frase que vino del lugar menos esperado. Duró menos de 10 segundos, pero me ayudó a enfrentar algunas situaciones desagradables que venían del exterior y del interior.
Algo sucede en nuestro interior cuando encontramos ese tipo de correspondencias, que nos hacen aceptar nuestra solitaria situación y no escapar de ella. Escapar es lo más fácil, pero no lo más satisfactorio. Reconocerse es un verbo que ocurre en soledad.
La fotógrafa sueca, Lina Scheynius, hace de su íntima vida diaria el objeto de su trabajo. Al verlo, uno puede acceder a ese preciso instante en el que sus amigos, familiares, amantes, modelos y sí misma, descubren algo en lo minúsculo de su soledad y en cómo pensar sus defectos como motivos para cambiar sus pensamientos.
Actualmente vive en Londres, pero esta artista se dio a conocer gracias a que un agente inglés vio su trabajo en su página de Tumblr.
En su página, describe su pasión inicial hacia la fotografía y sus primeros pasos en esta actividad: “Me ayudó bastante crecer en un entorno en el que tuve acceso a cámaras fotográficas y libros. Mi padre hizo un montón de fotos nuestras, y ver las diapositivas de mi familia con el proyector siempre me resultó muy divertido”.
Su proyecto de trabajo se llama “Personal” y de hecho pareciera que todas las fotografías que toma son una extensión de su vida; como un diario donde registra su soledad y la de sus modelos. En camas y baños, bajo sábanas y agua. Sus tomas son de una intimidad que hacen creer que toda la vida de Lina Scheynius está entre esas tomas.
Ha expuesto en galerías del Reino Unido, de Canadá, Estados Unidos, países de Europa y Japón, sus fotografías que también publican en series de libros limitadas.
Tal vez su éxito se deba a que los cuerpos que expone no son de revistas de moda, sino cuerpos que podrían ser nuestros, y eso es lo que más sorprende. La capacidad que tiene para capturar instantes que son únicos pero a la vez pueden compartirse con cualquier persona.
En soledad no podemos dar cuenta de las pequeñas cosas, de aquello que nos importa y a veces no podemos notar; de las cosas que también entorpecen nuestras decisiones y sentimientos, pero casi siempre no soportamos aceptar. Somos unos perdedores y al asumirlo podemos darnos cuenta que aquello que creíamos nuestro en realidad no lo es.
También puedes seguir mirando galerías digitales para expresar tus sentimientos, como esta: ‘Fotografías que exponen el erotismo femenino escondido en la tierra’, o como esta que te dejará pensando en tu propio pasado, lo que has perdido y lo que te ha moldeado: ‘Fotografías que sólo te atreverás a tener cuando ames lo que te destruyó’.
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Fuentes:
Intagram y página oficial de Lina Scheynius