El realismo mágico es una corriente literaria que sobrepasa las estructuras convencionales de la escritura y derrumba la anticuada barrera entre la realidad objetiva y la subjetiva, la cual sólo limita la creatividad del humano. El discurso, metafórico y realista a la vez, puede sostener hechos fantásticos y fabulosos.
¿Cómo sería un amor visto desde esta concepción?
La sociedad es una gran máquina y el ser humano es el engrane que la hace funcionar. Su invención ordena y organiza la convivencia entre las millones de personas que habitan el mundo. El único problema de ser una pieza clave es la imposibilidad de negar la labor que se nos asignó. Este hecho imposibilita tentar el orden de las cosas o de negar de manera absoluta los hábitos que se crean sobre la marcha. El realismo mágico posibilita romper con todo lo anterior.
Una de sus características principales es desgarrar la realidad con una acción fantástica descrita de un modo realista dentro de la narrativa. Según Maria Achitenei, el realismo mágico apagó las diferencias culturales haciendo énfasis en la tolerancia.
El amor bajo el velo del realismo mágico cuestiona la “verdad” que nos fue asignada la maquinaria de la sociedad. Si actualmente amar está manchado por un exacerbada tendencia a valores materiales, egoístas y superficiales, la rasgadura de la realidad consiste en entregarse al otro de manera natural, desinteresadamente y con una inocencia que casi infantil.
Las imágenes de Chio Lunaire logran transportar los elementos del realismo mágico a la fotografía. De alguna u otra manera transgrede la dura realidad (a lo que estamos acostumbrados) y presenta el cuerpo desnudo más allá de una concepción erótica.
Su composición es sencilla y estética. Chio presenta a sus modelos en ambientes naturales y cotidianos. En realidades alejadas del mundo sociedad, de los grupos o las masas. Estando en privado, las personas pueden comportarse con libertad y cuestionar la “verdad”, pues sobreponen su voluntad antes que las obligaciones como seres sociales.
Si se dijo que una de sus características del género es la exageración, estas imágenes agigantan la naturalidad de los individuos y desaprueba los temáticas banales que habitan en la fotografía contemporánea o comercial.
Lo común es ver a personas maquilladas y desnaturalizadas por artilugios modernos. En cambio, ella muestra franqueza y sinceridad. Se puede trabajar con el cuerpo desnudo y el amor siendo francos con el modelo, el ambiente y el espectador.
Las parejas que retrata Chio Lunaire son cándidas e ingenuas entre sí. Su sencillez llega hasta nosotros como recordatorio de una realidad donde el espíritu humano se comunica con la verdad a partir de besos y caricias. Ver una escena amorosa natural y espontánea es un acto fantástico que cada vez es más valioso para las almas viejas.
Chio Lunaire nació en México. Se formó como fotógrafa a las afueras de la capital mientras ayudaba en campañas de alfabetización en comunidades indígenas. Después comenzó a viajar por el mundo retratando la realidad y transmitiéndola a través de una agencia periodística mundial. Finalmente formó un hogar en Barcelona.
De todas las experiencias vividas pulió su carácter como fotógrafa. Ahora sus proyectos trabajan con la naturaleza del realismo mágico y la intuición. En su página oficial dice que explora temas femeninos como la identidad, la moda y el sexo.
–
El realismo mágico surgió en Latinoamérica para combatir las problemáticas que se experimentaban en la sociedad. En ese entonces el dolor esa común en la vida de las personas y crear paisajes diferentes a la realidad tranquilizaban y alentaban a los prisioneros de su condición geográfica y política. El trabajo de Chio Lunaire rescata aquella concepción y lo combina con su mundo privado.
Ver fotografías como las de Chio ayudan a nutrir el espíritu mediante la reflexión y la inflexión de la realidad.
Si quieres seguir con este camino puedes leer los artículos: “El triste y cruel proceso de una ruptura en fotografías” y “La vulnerabilidad humana y el instinto animal como retrato de una fantasía perfecta”.