El tunning sexual es la modificación del aspecto de las áreas genitales en hombres y mujeres. Es una práctica no reciente pero se ha venido popularizando durante las últimas décadas. Para la mayoría, el propósito principal es intensificar el placer sexual durante aunque por supuesto, también tiene sus contras.
La historia de piercings en áreas genitales es más antigua de los que muchos piensan. Existe el registro de que durante la época victoriana, el príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria, se colocó anillos en el pene. Se dice que lo hacía con el objetivo de mantener el prepucio retraído para evitar lo malos olores y también obtener mayor placer sexual.
Existen diferentes tipos de perforaciones de genitales para hombres:
El Guinche es la más complicada de todas, se encuentra en la piel entre el escroto y el ano. En la Hafada se coloca un anillo o un pendiente entre el escroto y el pene. Es más una perforación decorativa, pues no estimula demasiado al pene. El apadravya es una perforación vertical en la punta del pene.
También las mujeres tienen varias opciones:
En la actualidad, la más popular es el Capuchón clitoridiano vertical, en que el se perfora la sensible y delgada piel que queda por arriba del clítoris. El triángulo se realiza de forma horizontal por debajo del clítoris y el Outer labia, que va directamente sobre los labios.
La perforación vertical del clítoris es la única perforación genital femenina que de verdad tiene un efecto maximizador de placer. Mientras se mantiene una relación sexual, el roce de la pieza con el clítoris provoca orgasmos más frecuentes y de mayor intensidad.
Si eres una chica a la que le cuesta llegar al orgasmo, una perforación de este tipo seguro te beneficiará, pues alcanzarás más rápido el orgasmo.
En el caso de los hombres, hay quienes afirman que el aumento de una sensación placentera es real. Lo que es verdad tanto para hombres como en mujeres es que la mente juega un papel importante al momento de tener sexo. Por lo que un piercing genital, más que un estímulo físico puede funcionar como uno mental, lo que a su vez prepara al cuerpo para recibir el estímulo físico.
Si estás pensando en hacerte un piercing, es muy importante que conozcas el lugar al que acudirás. Éste debe ser un establecimiento de confianza, que esté limpio y de preferencia tener referencias de su trabajo.
No escatimes el presupuesto, recuerda que es un área delicada y una de las partes de tu cuerpo más sensibles. Generalmente los lugares más populares y con mayor demanda, suben sus precios, pero tendrás la garantía de un buen trabajo.
El proceso es básicamente el mismo que con cualquier piercing: el perforador desinfecta el área, marca la zona en que entrará la aguja, introduce el catéter y después la pieza.
¿Que si el proceso duele? Naturalmente sí. El clítoris y el pene son de las partes del cuerpo con más terminaciones nerviosas, lo difícil es afirmar cuánto, pues cada cuerpo es único y todos sentimos de formas diferentes.
Estas perforación demoran en sanar entre 4 y 6 semanas, debido al roce frecuente de las prendas en esta zona. Tienden a sangrar un poco, es totalmente normal y no conlleva ningún riesgo; sin embargo, es necesario que mantengas una buena higiene y que de preferencia utilices ropa interior de algodón.
Es posible tener relaciones sexuales 3 o 4 semanas después hacerte el piercing, pero la estimulación directa al clítoris puede ser aún dolorosa; los hombres sí deben esperar a que la perforación esté cicatrizada por completo.
Los principales riesgos de una perforación genital son las infecciones, para evitarlas, lava la zona constantemente con jabón antibacterial y no fuerces las relaciones sexuales si consideras que aún no está completo el proceso de cicatrización ya que puedes producirte daños mayores.
Antes de realizarte tu perforación debes estar seguro al 100% de que la quieres. Intenta dejar a un lado el miedo a la aguja y atrévete a experimentar las consecuencias del sexual piercing.