Vienes del turno de noche.
Entras en el cuarto, te desvistes
y te acuestas a mi lado con los ojos encendidos.
Me despiertas con suavidad, acariciando mi cara.
Poco a poco subes la intensidad
y cada vez me besas con más pasión;
me espabilas el vientre,
me acorralas con los brazos,
ya no tengo escapatoria…
Deslizas mi camisón vaporoso,
me dejas desnuda sobre el colchón,
mientras me separas las piernas…
Noto los latidos de tus duros corazones
los dos van a estallar al alba.
Sientes muchísimo poder
quieres mojarte dentro de mi oscuridad
y penetrar así en mi madrugada
Qué mejor forma de levantarme.
Qué mejor forma de acostarte.