“Comienzas en abril y pasas a los días de mayo
te abarca el mes que va y el que llega”
–Ovidio
Hace muchos años la primera era la época donde todas las prostitutas eran veneradas como diosas y se les hacía una fiesta cuyo ingrediente principal era el sexo promiscuo y el vino. Este acontecimiento parece una historia descarada de alguna película serie B, pero todo cobra sentido cuando nos enteramos que en ese entonces el acto sexual era la única forma para venerar a ciertos dioses. Si dicha tradición hubiera perdurado, hoy tendríamos que quitarnos la ropa y salir a la calle a intimar con la primera persona que pasara al menos una vez al año.
“La diosa no es de las que profesan actividades tétricas ni importantes; desea que sus ritos estén abiertos a la masa popular y aconseja aprovecharse del esplendor de la vida mientras está en flor…”.
La tradición sexual inició en la antigua Grecia. En honor al dios Dionisio, la gente se congregaba para emborracharse con vino y hacer enormes orgías entre ellos. Un ejemplo de los bacanales griegos se observa en la parte final de película “El perfume” (2006) cuando la gente hipnotizada por la esencia perfecta de
Jean-Baptiste Grenouille siente una necesidad inquebrantable por fundirse con el otro.
El rito sexual-divino pasó hasta los romanos con el nombre de Floraria, haciendo alusión a la diosa de la primavera, Flora.
Esta festividad se celebraba entre el 28 de abril y el 3 de mayo y simbolizaba la renovación del ciclo de la vida, por lo que tiene un carácter alegre y sin prejuicios, marcada por bailes, bebidas y flores. El único elemento que podría parecer extraño –tomando en cuenta que el sexo promiscuo era una normalidad den la antigüedad– es que las actrices principales era meretrices, es decir, prostitutas.
Una posible representación de las Floraria según Boticelli. “La primavera” (1482)
El festival estaba compuesto por dos tipos de juegos: los escénicos y los circenses. La primera parte consistía en representaciones teatrales y mímicas dentro de un ambiente de júbilo y humor obsceno. Las actrices (prostitutas) realizaban todo tipo de danzas e interpretaciones y liberaban las actitudes más lascivas e indecentes con las que el público se identificaba.
En los juegos circenses se liberaban animales relacionados con la fertilidad, como liebres y cabras, para que la plebe los cazara y llenaran sus despensa con algo de carne fresca. A los asistentes en las gradas se les repartía legumbres y plantas asociadas a la fertilidad.
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La presencia de las meretrices la atestigua Ovidio en uno de sus libros: “La razón por la que una legión de rameras acude a estos juegos no es difícil de hallar. La diosa no es de las que profesan actividades tétricas ni importantes; desea que sus ritos estén abiertos a la masa popular y aconseja aprovecharse del esplendor de la vida mientras está en flor…”
A estas alturas nos surge una pregunta: ¿por qué las prostitutas se transformaban en diosas en estos días? En los ritos ancestrales de fertilidad, la desnudez de la mujer era un elemento fundamental para propiciar el contacto con la naturaleza. En época romana, ninguna mujer decente aceptaría aparecer desnuda en público, por lo que las prostitutas serían las únicas mujeres que aseguraban continuar con esta tradición.
“Esta festividad se celebraba entre el 28 de abril y el 3 de mayo y simbolizaba la renovación del ciclo de la vida, por lo que tiene un carácter alegre y sin prejuicios, marcada por bailes, bebidas y flores”.
También existe otra leyenda sobre la relación de las floralias y la prostitución. Cuentan que una cortesana cansada de vivir en la miseria y de ser tratada como objeto, comenzó a seducir a los jóvenes aristócratos deseosos por experimentar su sexualidad. Ella les enseñó todos los secretos respecto al amor y ellos le daban una gran cantidad de dinero. Así la prostituta se hizo de una gran fortuna. Un día el pueblo de Roma sufrió una gran hambruna y la meretriz cedió su dinero para alimentar a una nación. Desde entonces los romanos celebran en su honor una fiesta sexual.
Cualquiera que sea la verdad con respecto de esta festividad, las Floralia veneraban a la vida sin prejuicios y tabúes, sin diferenciar en clases ni en sensaciones porque Flora, dijo Ovidio, “quiere que su culto sea accesible a la multitud plebeya y nos invita a gozar de la belleza de la edad, mientras esté en flor: tras la caída de las rosas, se desdeñan las espinas“.
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¿Qué pasaría si se quisiera honrar a la diosa de la primavera en la actualidad? Sin duda la sociedad se escandalizaría debido a los prejuicios que implantó el cristianismo, la religión que sólo quiere matarnos. Quizá es momento de revivir las prácticas sexuales del pasado y comenzar a ser libres.
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Fuente: Arqueología e historia del sexo