Sin duda Kubrick y Scorsese son percusores en historias violentas para la tradición del cine que vendrá después. Ellos ya tenían una larga carrera antes de que directores de los 90 quisieran hacer una tendencia el cine violento. Un nuevo formato en el cine en el que el protagonista será el antihéroe o el villano. La tradición que nos adentró “La naranja Mecánica” y “Taxi Driver”.
Tarantino revolucionó, o mas bien creó un nuevo estilo de cine. Claramente influenciado en la personalidad de Clint Eastwood en su éra del western bajo la dirección de Sergio Leone, tomándose el tiempo como Stanley Kubrick y el propio uso del color de Goddard.
No se trata de un director de cine precipitado para dar un inicio explosivo.
Tarantino nos dio la elocuencia y elegancia del diálogo honesto. Woody Allen nos había ya dado un diálogo fundamentado en la honestidad radical, pero Tarantino eleva sus diálogos a la boca de psicópatas en las que su honestidad es más cruda de lo que estamos acostumbrados a escuchar en el cine.
No obstante, lo más innovador de Tarantino está en su excelente gusto musical y su capacidad de relacionara la escena con la música. Es normal que se enchine la piel de uno al escuchar “Santa Esmeralda” en “Kill Bill”, “Stealers Wheel” en Perros de Reserva, a David Bowie en “Inglourious Bastard” o incluso un mix de James Brown y Tupac en “Django”. Sin mencionar el increíble soundtrack de “Pulp Fiction”.
El gran oído de este director de cine ha marcado un género en el cine de la violencia , tanto que a partir de los 90 nos vemos en un nuevo cine. Por supuesto el cine violento viene de una tradición que no fue originada por Tarantino, lo tenemos ya en La naranja mecánica y en Martin Scrosese; En ambos directores encontramos una precisión musical. Desde los 90 nace una nueva forma de hacer cine con nuevos directores.
Tenemos al Tarantino británico llamado Guy Ritchie, quien está a los Talones del cine violento de Tarantino, este director va a la par de la fórmula tarantinesca; el gran diálogo descarado, excelente soundtrack, excelente guión y excelente violencia. “Snatch” será su “Pulp Fiction”. El primer Guy Ritchie, antes de que Sherlock Holmes lo incitara a hacer cine de adaptación, el cine que nos otorgaba eran historias de gángsters y mafia con su sentido de humor británico. Desde “Lock, Stock and Two Smokin Barrels” Hasta “RockN´Rolla”, el director creó un universo en el que la mafia es un enredo del ridículo, la inverosímil coincidencia.
Por supuesto tenemos al hermano menor de Tarantino que raya en lo absurdo de la sátira y lo patético; Rodriguez, quien ha participado en diversos proyectos a la par de Tarantino y juntos hicieron la obra maestra Sin City.
En la gran isla británica nacerán diversos directores de cine que estarán a la par de Tarantino, tenemos a Danny Boyle adaptando la novela de Irvin Welsh “Trainspotting”. Martin McDonagh con “Escondidos en Brujas” y “Siete Psicópatas”. Mientras en la comedia Edgar Wright se encarga de darnos el nuevo formato de velocidad para saber utilizar todo lo puesto en escena para dar el factor de comicidad.
Y por supuesto en américa está David Fincher con “Fightclub” y el excelente legado de la cultura popular Pixies, sonando al final de la película, También Aronofsky (del que Wright retoma su formato de cortes y velocidad) marcando la historia de los junkies en Requiem. Los 90 no sólo tenían el grunge, un derivado del punk para hacer música violenta e irónica, el mismo cine tuvo que ser representado por aquella esencia oscura de retratar personalidades tenebrosas con facilidad y sentido del humor, personalidades con diálogos triviales y cotidianos. En los inicios del siglo XXI seguimos con esta tradición pero la realidad de gángsters y mafia y junkies es contada a través de Latinos, elevando el mismo formato e historias del cine con un tono más crudo y duro, tenemos “Ciudad de Dios”, “Y Tu mamá también”, “Amores perros” y al Argentino Gaspar Noé con su creatividad exuberante