Seamos honestos, ¿por qué abriste este artículo? No respondas lo primero que se te venga a la mente, toma unos segundos para meditarlo. Primero, leíste “censuradas”, supusiste que habría un motivo para no verlas pero aún así, diste click. Segundo, saltaron a tu vista las palabras “cruda realidad humana”, te das por enterado de que no serán imágenes lindas ni gratas y, sin embargo, aquí estás. ¿Qué te trajo hasta acá?
La pregunta no cuestiona tu decisión y quiere conducirte a una crisis moral; más bien se trata de pensar juntos por qué este tipo de imágenes nos causan, por así decirlo, fascinación. Existe una curiosidad innata, es cierto, pero también hay un punto en el que ver el dolor del otro nos atrae. Algunos hallan de manera malsana cierto placer; por el contrario, otras personas encuentran en ellas una dolorosa, pero necesaria confrontación con lo real.
Si es el primer caso y el morbo es el que te mueve, esta publicación no es para ti. Mostrar estas imágenes tan desgarradoras no tiene ningún fin lúdico ni recreativo. Si en cambio, es el segundo caso y has accedido a continuar leyendo esto porque te interesa saber cuál es el trasfondo humano del sufrimiento y prefieres conocerlo antes que ocultarlo, bienvenido.
La breve lista que viene a continuación no son necesariamente las fotografías más crueles, ni las más sanguinarias o las más ignominiosas. Son sólo algunos momentos claves de la historia que prefirieron ser ocultados desde diferentes ángulos. Si eres una persona especialmente sensible y te detienes unos minutos en cada una de ellas, te sentirás francamente afectado. Está bien. Una buena manera de evitar el dolor humano es conociéndolo. ¿Cómo más si no por medio de la fotografía?, ¿qué otro registro da cuenta de lo real de una manera tan específica e inmediata?
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“La niña del napalm”
Nick Ut
Una niña vietnamita corre delante de militares armados. No tiene ropa porque se la ha arrancado tras el terrible ardor ocasionado por el napalm, sustancia química utilizada para bombas. Aunque la fotografía es icónica, el año pasado la censura de Facebook escandalizó a cientos de fotoperiodistas y a algunos funcionarios de gobierno, quienes veían en la prohibición de esta imagen un alto grado de retroceso y contradicción ideológica.
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“Álbum familiar”
Bernard Hoffman
Estas imágenes fueron tomadas meses después del ataque a Hiroshima. La revista Life decidió no sacar a la luz estas fotografías obtenidas por Bernard Hoffman en el lugar de los hechos. Como puedes ver, se trata de un álbum familiar. No es una foto especialmente violenta, pero sí profundamente dolorosa; es el recuerdo tangible de que las víctimas, tuvieron un pasado, una historia, seres que amaron y que en un segundo sus vidas se esfumaron.
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“Brooke Shields”
Garry Gross
Garry Gross fue un fotógrafo cuya labor ha sido realmente polémica. Cuando tenía apenas 10 años, Brooke Shields posó en sus fotografías completamente desnuda. Con un maquillaje cargado y poses totalmente desinhibidas; las fotos aparecieron en una sub publicación de Play Boy llamada Sugar ‘n’ Spice. Estas imágenes fueron hechas con el consentimiento de la madre de Brooke, sin embargo, la actriz interpuso una demanda años después para evitar que se siguieran comercializando pero no lo logró. ¿La madre de una niña tiene derecho a decidir sobre la exposición de su cuerpo frente a millones de personas? ¿Por qué un acuerdo monetario puede violentar la intimidad y dignidad de un niño?
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“Starving Child and Vulture”
Kevin Carter
El buitre estaba cerca, en la expectativa de algo para comer. Un niño con alto grado de desnutrición, yacía en el suelo sin fuerzas, una escena que se repetía en Sudán a menudo. Carter tenía sugerido no acercarse. En lugar de eso, se colocó a 10 metros de distancia y disparó su cámara. La imagen ganó un Pulitzer, pero el fotógrafo fue duramente cuestionado por no haber socorrido al menor. Finalmente, trascendió que éste sobrevivió a la hambruna aunque murió años más tarde por la malaria. Sea como sea, ¿hasta dónde es válido encumbrar la fama de alguien por fotografiar un evento así? Es verdad que tiene todo el mérito de encontrarse en la adversa situación y visualizar lo que de otro modo, no conoceríamos ¿No resulta paradójico?
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“9/11”
Thomas Höepker
Thomas Höepker tomó esta foto el 11 de septiembre de 2001. Justo en el momento que caían en pedazos las Torres Gemelas. Mientras que en Nueva York se vivía una de las tragedias más grandes de los últimos tiempos, cinco personas conversan plácidamente como si se tratara de un día de campo. La indolencia y sarcasmo mostrados por el fotógrafo fue censurada por Manger Photos, una de la agencias de fotografía más importantes del mundo, de la que el creativo es miembro. Esta fotografía es muy particular; claramente, se trata de algo fabricado, es decir, las personas presentes sabían que algo ocurría y posar así resultaría impactante. ¿No es un reflejo de nuestra indiferencia a lo que ocurre todos los días?, ¿no somos nosotros mismos pensando en “mientras no me pase a mi, no me preocupo? Muchos han visto una burla, otros, una sátira. Como sea, esta foto nos cimbra.
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“Abu Ghrain”
Ivan Frederick
Ivan Frederick, sargento estadounidense, retrató los maltratos y tortura que eran víctima los prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghrain. Originalmente, estas instantáneas no debían haber salido a la luz. Sin embargo, una filtración de ellas hizo palpable a los ojos del mundo la tortura ejercida por los guardias, la manera ruin en que se comportaron y la crueldad en su máximo esplendor. El punto es que dichas prácticas son tan comunes, que sólo esta es una muestra. Las caras de gozo de los abusadores sorprenden, ¿de verdad puede caber en alguien tal grado de indolencia y cínica crueldad? ¿Qué pasará en su mente al actuar de esa manera? ¿Abrazarán a sus familias con los mismos brazos que torturan?
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“Pena”
Dmitri Baltermants

Dmitri Baltermants, cubrió los horrores de la Gran Guerra Patria en Crimea. Evidenció las crueldades ocurridas en la ex Unión Soviética. En esta fotografía, las madres buscan desesperadamente el cuerpo de sus hijos. Esta serie fotográfica estuvo censurada por el gobierno soviético, pero años después vieron la luz causando gran conmoción. Es imposible ponernos es su lugar. Es inimaginable pensar lo que sienten al ver los rostros de cada asesinado frente a sus ojos pero al mismo tiempo, seguir con la incertidumbre de no encontrar a sus hijos.
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“Niña trabajadora en molino de algodón”
Lewis Hine
Disfrazado como vendedor de Biblias, Lewis Hine entró a la fábrica de algodón para retratar el pequeño infierno que en ella se vivía. Niños que ni siquiera pasaban los 8 años, tenían jornadas de trabajo extenuantes y todos sus derechos eran violentados. ¿De qué otra manera se hubiera evidenciado esto?,¿cómo más comprenderíamos la injusticia que implica que un menor tenga que pasar por esas penas?
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“Bosnia”
Ron Haviv
Estaba prohibido tomar fotografías, pero a escondidas, Ron Haviv hizo varias tomas para retratar los abusos de las fuerzas policiales serbias. «Yo estaba temblando cuando tomé esta foto. Ninguno de ellos me estaba mirando, así que levanté mi cámara tratando meterlos en cuadro. Cuando la bajé, me miraron. No se dieron cuenta de que había estado tomado fotos», narró años después de esta “limpieza étnica” ordenada por el paramilitar servio Željko Ražnatović. Tras darse a conocer esta fotografía, las amenazas de muerte no se hicieron esperar. Sin la valentía de este fotógrafo, la impunidad de estos elementos quedaría olvidada.
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“Burning Monk”
Malcolm Browne
Un budista en llamas en protesta de la persecución sufrida por parte del régimen de Ngô Đình Diệm, quien era católico e impulsó políticas de persecución contra aquellos que “pensaban diferente”. ¿Por qué es necesario llegar a la propia extinción para hacer visible lo que no debería haber duda alguna?, ¿por qué la libertad tiene un costo tan terriblemente alto?. Por cierto, Browne también ganó el Premio Pulitzer en 1964, aunque su fotografía no se publicó libremente.
Quedan muchas más dudas que respuestas. Tras mirar esta lista, podemos sentirnos hondamente lastimados. Pensar que la crueldad humana no conoce límite alguno; algo desolador. Pero más allá de eso, es necesario pensar cuál es el papel que estas fotografías tienen no sólo en nuestras vidas, sino en el mundo en general.
Gracias a los registros fotográficos, se han modificado políticas, se sensibiliza al mundo a la solidaridad y en los casos más favorables, las situaciones cambian. ¿Cómo conoceríamos dichas atrocidades sin estas instantáneas?, ¿qué tan bueno es censurar este tipo de imágenes si logran despertar nuestra conciencia? Al final de todo, descubrimos que esos que llamamos “otros” y que vemos tras la impresión de negativos, somos nosotros mismos; nos duele su dolor, sentimos su agonía y, quizá, sea justo eso lo que nos hace humanos.
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Si quieres ver más fotografías para pensar sobre la relación que guarda el fotoperiodismo, los estigmas sociales y la realidad cotidiana, descubre por qué causaron tanta controversia las fotografías de Sally Mann y mira la mejor fotógrafa de guerra que vivió a la sombra del amor y murió en el olvido.
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Referencias
Time
The Guardian
Time Life