Es natural que, en el proceso de llegar a la edad adulta, todo ser humano haga cosas extremas para dejarle en claro al mundo que oficialmente ha dejado la niñez. Claro que, cuando se es famoso, como ene cantidad de casos que hemos visto en el mundo de la música y el espectáculo, esos procesos son bien recordados porque se exponen a las cámaras y a la prensa rosa. Una de las últimas “víctimas” es Miley Cyrus, que después de enloquecer a miles de niñas y adolescentes con su interpretación en TV como Hannah Montana, enloqueció. La rubia cantante comenzó a meterse todas las drogas que se le pusieran enfrente, se tatuó lo que para muchos pueda ser absurdo como un aguacate o un alien, mostró en redes sociales lo extravagante de su vida millonaria y por supuesto, sus preferencias sexuales siempre han estado en entredicho. Lo mejor es que a Miley nada de esto le importa.
Miley Cyrus es el más puro reflejo del cómo vive esta nueva juventud: los famosos millennials en los que el vivir el momento es lo importante, nada les preocupa lo suficiente pues, si les emociona simplemente lo hacen. Para estos adolescentes-jóvenes contemporáneos no hay necesidad de planear el futuro, pues sólo existe el presente y los temas sexuales les parecen diversión, así que el definirse como heteros u homos tampoco es trascendente. El punto de su vida es que no hay punto. Así que, con todo lo anterior, nos damos cuenta que en estas nuevas banderas ideológicas y culturales está el rostro de Miley.
Alguna vez, la revista Vice publicó un artículo sobre las razones por las que Miley Cyrus es “bien pinche punk” y tal parece que esas palabras siguen teniendo todo el sentido del mundo. Y no es que Miley esté siempre “trend” por ser una alocada jovencita drogadicta que se desnuda a la menor provocación, al contrario, quizá el ser demasiado joven y tener tanto poder mediático aún no la hacen parecer un icono al cual valga la pena tomar como referente en cuanto a cultura musical y social se trata. Pero, apenas el año pasado puso en marcha oficialmente su fundación Happy Hippie Foundation que sin fines de lucro ayuda a poblaciones vulnerables como jóvenes sin techo y a la comunidad gay. Además comenzó a promover esta fundación a través de vídeos musicales en los que la acompañaron Joan Jett y Ariana Grande.
La fundación así como su último disco “Miley Cyrus and Her Dead Petz” son producto de los miles de dólares que tiene en su cuenta personal; sí, para su reciente placa no necesitó el apoyo e infraestructura de una disquera, simplemente lo subió a SoundCloud y listo.
Hoy su rasposa voz es una de las más identificables en el mundo de la música, pues aunque ha sido criticada por su falta de “calidad” en presentaciones en vivo, realmente no le importa porque se rehusa a usar playback en sus actuaciones. Es abiertamente vegana, ecológicamente responsable y feminista. Aunque es fuertemente criticada por esto último debido a su conducta “amoral” y escandalosa, a lo que ella responde que sólo enseña a las mujeres a no tener miedo de sí o de sus alrededores.
Como una mujer que vive el 100% estos tiempos digitales es presa de su cuenta de Instagram donde es totalmente ella, cosa que pocos famosos hoy pueden presumir. Sube fotos de sus mascotas entre las que se encuentra un hermoso cerdo, un sin fin de perros y una que otra especie de granja; también de vez en cuando hay fotografías de cuando sale de bañarse, de cuando hace yoga, de cuando se despierta e incluso de cuando fuma marihuana con amigos como Wayne Coyne. Así que es poco probable que se vuelva a repetir un episodio en el que tuvo que pedir disculpas públicas por fumar salvia, un alucinógeno legal.
Dolly Parton es su madrina, así que casi en automático tiene todas las posibilidades de andar de fiesta y de tener como amigos a increíbles músicos que han colaborado con ella en el plano profesional como Big Sean, Ludacris, Future, Snoop Dogg y Pharrell Williams entre otros. Sin contar que su talento e influencia en la escena la han llevado a ser la estrella de premiaciones como los MTV no sólo como acto principal, sino como conductora, además de su participación en el especial navideño “A very Murray Christmas” original de Netflix o en la ceremonia de inducción al Salón de la Fama el pasado 2015. Se ha dado hasta el lujo de publicar un libro cuando tenía apenas 16 años: “Miles To Go”. Por supuesto que alcanzó el lugar número 1 en la lista de los libros infantiles más vendidos del New York Times.
Así que, cada que se busque el significado de “millennial” es mejor que aparezca entre los primeros resultados todas esas cosas con las que Destiny Hope Cyrus, -su nombre real- ha enloquecido al mundo entero.
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