Siempre me ha gustado trabajar con las sobras; convertir las sobras en cosas.
Siempre creí que las cosas desechadas que todos saben que no valen para
nada, pueden llegar a ser divertidas. Es como un trabajo de reciclaje. Siempre pensé
que había mucho humor en las sobras. -Andy Warhol
Andy Warhol, una de las figuras más polémicas del arte contemporáneo, amado y odiado por igual. Definitivamente un genio del arte. Nació en Filadelfia, en 1930. Sus padres, inmigrantes checoslovacos, llegaron a Estados Unidos a raíz de los conflictos bélicos en los países socialistas.
Lo que poca gente sabe es que debajo del fashion pop se esconde una persona educada y culta, devoto católico y con estudios de diseño, ilustración e historia del arte, sociología y psicología en el Instituto de la Tecnología en Pittsburg; nada mal para alguien que es juzgado como de lo más superficial del arte contemporáneo.
El 25 de septiembre de 1962 realizó su primera exposición individual en Pasadena Museum of Art; posteriormente, se montó la exposición: New Realist, en The Sydney Janis Galery, de Nueva York, la cual sería la consagración del Pop art, y por consiguiente, el inicio del mito Warhol dentro de la historia del arte. En ese momento cambió rotundamente la apariencia y la personalidad de Andy. Tiñó su cabello de rubio platino y mudó su estudio a la calle 47, en esquina con la tercera avenida en Nueva York, para establecer su estudio conocido como: The Factory en lo que era un edificio industrial, constituyendo, así, un nuevo paradigma en la forma del habitar contemporáneo: el loft.
Si existió una figura representativa del Pop, y del arte en general del siglo XX, es, sin duda, la de Andy Warhol. Que más que una imagen clara se convirtió en un mito gracias a su aparición magnificada como una diva dentro del glamour del jet set contemporáneo.
El personaje de Andy Warhol adquiere mucho protagonismo más allá de su propia obra, convirtiéndose en un signo estético de la época. “Su vida se configura de manera artificial; programa sus apariciones, sus asistencias a fiestas, su vestuario; es el hombre objeto que sueña con ser de plástico[…] porque todo es fantasía[…] cuenta con guardaespaldas gozando de una identidad privada absolutamente inexpugnable. Forjador de su estereotipo, de su ficción de héroe americano, maquillado, hijo del jet set, no daba entrevistas ni conferencias, amigo de drogadictos y estrellas de rock, extravagante y singular’’.7
De la historia de su vida se sabe muy poco: que fue católico, que estudió diseño, y que parecía ser un sujeto tímido que no transmitía sus sentimientos, haciéndolo una persona reservada. Su trabajo es egocéntrico y monumental; tratando de formar un taller en su estudio The Factory, para que en éste se trabajara como un gremio artesanal, de la manera en que se desarrollaba en el renacimiento.
Las personas que se involucraban en sus creaciones siempre eran figuras públicas rodeadas de glamour que por ningún motivo pasaban desapercibidas. De esta forma, Warhol continuó la tradición de los pintores retratistas, trabajando en la mayoría de los casos bajo encargo, dándole a su firma el valor de marca registrada.
Para Iñaki Ábalos, si existe un retratista, en el sentido clásico, del siglo XX y de sus ambiciones es sin duda Andy Warhol. “Lo que debería de entenderse con este ejemplo es que dicha superficialidad no es tontería o banalidad, sino el abandono del modelo de profundidad para obtener intensidad”. 9
La técnica con la que abordó el retrato era, para algunos, demasiado frívola o banal como para tomarse en cuenta: el mismo personaje elegía la imagen que serviría de base para el retrato en el que, a su criterio, luciera mejor. Exclusivamente se trataban de personajes famosos y con cierto reconocimiento popular (Mao, Marilyn Monroe, James Dean, etc.). Además, existía un afán por aumentar el contraste de las fotografías al máximo, para así eliminar cualquier rasgo secundario. Finalmente, se recurría a la repetición seriada y policroma de la imagen en la extensión total del lienzo.
Se pueden reconocer en Warhol varios ejes temáticos imprescindibles en la mayoría de sus creaciones artísticas: por un lado, su interés en el sueño como tal retomando algunas nociones surrealistas; y por el otro, se hace evidente el fracaso del sueño americano. “La violencia y la muerte imperantes en el tipo de relaciones que, consciente o inconscientemente la sociedad de consumo propaga, la triste “objetualización” del amor y de los afectos, los símbolos de status, los mitos de las masas estereotipadas, la publicidad…”. 10
En cuanto a las operaciones en la técnica de representación, Warhol utilizó la repetición y seriación de sus imágenes plasmadas en serigrafía o acrílico en grandes formatos, con un claro y preciso diseño y una casi estigmatizada aplicación del color.
En las primeras etapas de su obra utilizaba fotografías de la prensa contemporánea y aparecían en repetidas ocasiones, logrando impresionantes escenas a las que no estaba acostumbrado el ojo del espectador.
Así, las imágenes son arrancadas de su contexto habitual trasladadas ahora al dominio del arte. De esta forma, Andy Warhol hace una descripción y una crítica audaz a los mecanismos de deshumanización que practican los medios de comunicación masivos.
Al aparecer las fotografías repetidas en verdaderos mosaico gráficos, aunque se traten de escenas de horror, masacre o muerte, pierden ese carácter obsceno a través de hábiles yuxtaposiciones en serigrafía. En palabras de Warhol: “cuando vemos varias veces una fotografía macabra, termina por no hacernos ningún efecto”, esto logra un estado de indiferencia, propia de la sociedad de consumo.
Aparece en su obra, como protagonista, una serie de productos de los medios masivos, emblemáticos y fácilmente identificados en sí, que son transfigurados de la cultura popular al arte alto. La transfiguración es un concepto netamente religioso que consiste en la adoración de lo ordinario, trasladado a un campo más elevado. Quizás en esto radique la infinita popularidad del arte Pop, ya que se transfiguran las cosas o clase de cosas más significativas y cotidianas para la sociedad común, elevándolas al estatus dentro de la temática del gran arte.
Mientras el expresionismo celebraba y se relacionaba con procesos ocultos, meditativos y metafísicos; el pop celebraba a las cosas más comunes de la vida cotidiana por medio de la transfiguración. Este proceso, a su vez (irónicamente), le otorgaba un aire trascendental y paradigmático que lo convirtieron repentinamente en la piedra angular del arte y la filosofía del siglo XX. 11
“…incluso si la lata de sopa (The Campbell Soup) no refleja ningún punto de vista del artista, la propia ausencia de un enfoque subjetivo sobre la lata, o una yuxtaposición surrealista, es un acto de control y una poderosa muestra de banalidad… destacando el vacío de la vida contemporánea”. 12
¿Cuál es, entonces, la aportación de Andy Warhol a la historia del arte? ¿Se debe tomar enserio lo que hacía? La respuesta es sí.
Como se menciona en el artículo anterior, algo que comenzó como una crítica formal al expresionismo, se convirtió en la punta de lanza del fin del arte occidental.
Warhol perfiló al sujeto contemporáneo, aquel que dejó el logocentrismo como fundamento principal de su cosmovisión, para volverse más bien en un sujeto múltiple, de perfiles borrosos, mundano y sobrestimulado, consumista, producto propio del American dream.
De esta forma, a partir del pop, el arte se libera de la condición matérica, formal y conceptual. El universo estético se percibe ahora como experiencias puntuales, intensificadas y heterogéneas. Se produce de manera débil y periférica. Rompe el límite entre la vida cotidiana y el arte haciendo que cualquier material pueda participar en la experiencia artística.
Definitivamente: gracias Andy Warhol por modificar la forma de ver y hacer arte, por crear nexos insólitos dirigidos a estimular y evocar sentimientos análogos nunca antes experimentados.
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6 Rodrigo Zúñiga C, “Notas al paso, Andy Warhol”, en Andy Warhol, http:// http://www.palermo.edu.ar/produccionacademica/c/andywarhol.html (vi: 12 de febrero del 2001).
7 Loc. cit.
8 Arquitecto madrileño graduado de la ETSAM de Madrid en 1978 donde vive y trabaja. Junto con Juan Herreros es socio fundadorde Ábalos & Herreros y de Exit LMI.
9 Iñaki Ábalos y Juan herreros, Áreas de impunidad y espacios vectoriales, Actar, Barcelona, 1997, pp. 9-27.
10 Rodrigo Zúñiga C., Op. cit.
11 Ver Arthur C. Danto en su libro Después del fin del arte.
12 Renato Barilli, El arte contemporáneo. de Cézanne a las últimas tendencias. Norma, Bogotá, 1998. P. 392.
13 Loc. cit.