El desarrollo evolutivo del hombre trajo consigo la capacidad de adquirir conciencia de sí, de consolidarse como sujeto e inaugurar la dicotomía sujeto-objeto con relación al mundo que se revelaba ante sus ojos. Desde entonces, el propio cuerpo no es sólo la parte prioritaria de su existencia; sino también el vehículo de su voluntad, la representación material del poderío de su pensamiento y el medio mediante el cual puede experimentar, comprender y transformar la realidad.
A partir de esta premisa, los primeros homínidos crearon herramientas simples, manifestaciones artísticas, desarrollaron la técnica y descubrieron los medios materiales para su subsistencia. A pesar de que la tradición religiosa se apropió del cuerpo y la carnalidad como algo impuro, la corporeidad es el único medio de aparición terrenal que en la historia se ha valido de la técnica para crear una composición artística. De la misma forma que la idea coordina las funciones motoras entre la vista y el movimiento de las manos para plasmar una escultura en un trozo de mármol o una obra pictórica en un lienzo, las artes escénicas manifiestan el uso del cuerpo como medio de creación artística; sin embargo, a finales de los sesenta surge una corriente dentro del performance que rechaza la objetivación del arte como un bien mercantil, que se comercializa y reproduce según las necesidades de quien lo posee.
El movimiento conocido como body art trata de romper con la divisibilidad y apropiación de la pieza artística por medio del control total del lienzo, del espacio donde se desarrolla la obra de arte: el cuerpo humano. Distintas técnicas se modelan sobre la superficie corporal como expresiones políticas y sociales sobre el dominio del ser en distintos ámbitos. Estas son algunas propuestas en las que sus creadores deformaron su corporalidad para dar paso a una expresión artística única y controversial:
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Petr Pavlenski
El artista ruso es famoso por sus performances donde utiliza su cuerpo como principal expresión del arte, ligado al activismo político. El 23 de julio de 2012, en pleno juicio a la banda de punk feminista Pussy Riot, Pavlenski apareció en la plaza de la Catedral de Kazán en San Petersburgo con los labios cosidos, uniendo la parte inferior con la superior a través de 9 puntadas a lo largo de su boca, acompañado de un cartel con la leyenda: “La acción de Pussy Riot fue una réplica de la famosa acción de Jesucristo (Mateo 21:12–13)”. El artista permaneció inmóvil, ignorando a los curiosos y a la policía, que después de un tiempo de intentar establecer diálogo con Pavlenski, llamó a una ambulancia que finalmente lo llevó a un hospital. Un psicólogo le practicó un examen para determinar si el individuo tenía algún trastorno mental y al encontrarlo completamente lúcido, el artista ruso fue liberado.
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Orlan
La “reencarnación de Santa Orlan” es reconocido como el primer performance artístico que utilizó la cirugía estética para modificar el cuerpo. ORLAN afirmó haberse rebelado contra la ideología dominante, cambiando su identidad, multiplicando su imagen y esculpiendo su propio físico, tomando el control creativo en su propia carne: pudo reinventar el cuerpo humano a partir de sus propias concepciones artísticas y con ello, transgredir la línea entre sexos, géneros, roles y convenciones sociales. Con el convencimiento de que la identidad es mutante, nómada y continuamente relevada, además de que la noción de la libertad corporal está arrebatada, constituida como mercancía, ORLAN se mantiene reafirmando su posición estética y política en su propio cuerpo.
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Stelious Arcadiou
Mejor conocido como Sterlac, el artista propone un diálogo provocativo sobre la obsolescencia del cuerpo humano en la actualidad. Para el australiano, la evolución humana llegó a su fin cuando el desarrollo de la tecnología superó las capacidades del hombre. Las herramientas más simples, que comenzaron funcionando como extensiones humanas desde los primeros homínidos, pronto alcanzaron un desarrollo avanzado y dejaron atrás al cuerpo humano, lleno de imprecisiones, debilidades y partes perfectibles. Su trabajo en el sentido de performance va desde el uso de un brazo biónico como tercera extremidad, hasta una cirugía que añadió una oreja a su brazo, todo haciendo uso de los avances técnicos disponibles en la actualidad, generando una propuesta que explora los límites de la corporalidad a través de los dispositivos tecnológicos.
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Gina Pane
Pionera en el movimiento body art, Pane abandona rápidamente la pintura y la escultura y decide tomar al cuerpo como el lienzo sobre el cual ha de transcurrir la acción artística, con especial énfasis en las heridas, que considera la memoria del cuerpo, capaces de recordar, remover o crear una conexión con el otro. Su trabajo más famoso, “Escalade non anesthesiée” (1971) es un performance realizado en su apartamento en París, donde sube por una escalera metálica con bordes filosos añadidos, donde a cada paso sus manos y pies desnudos sufren heridas y sangran. La artista afirmó que se trataba de una denuncia contra un mundo insulso, en el que todo está anestesiado, controlado socialmente, mientras los sujetos son controlados por la violencia y el poder, mas la misma anestesia hace difícil de ver el dolor ocasionado por la sociedad actual.
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Carolee Schneemann
Artista visual que formó parte del movimiento Fluxus, pero decidió que su cuerpo también podía ser parte de la representación artística y comenzó a realizar performances que horrorizaron al público en general pero fueron respaldados por una parte progresista de la crítica. En 1975, Carolee montó “Interior Scroll”, uno de sus actos mas polémicos. La artista iniciaba con un ejercicio de acting painting, plasmando mensajes sobre su cuerpo totalmente desnudo. Una vez que el público se adaptaba a la lógica del acto, Schneemann daba un vuelco radical a su actuación y se detenía con las piernas abiertas. Entonces extraía de su vagina un largo manuscrito enrollado, que desplegaba y leía. Se trataba de un texto feminista titulado “Cézanne, ella era una gran pintora”. La creadora siguió su carrera reivindicando la causa feminista y contra la comercialización indiscriminada del arte, utilizando el sexo como herramienta de choque, pues afirmaba que “las expresiones artísticas sobre la sexualidad expresiva se han retorcido para mercantilizarlas como productos”.
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Michel Journiac
Otro fundador del movimiento body art; el francés Michel Journiac utilizó su corporeidad para entablar un diálogo artístico más allá de las convenciones más arraigadas en la sociedad. El artista trataba de irrumpir en la cotidianidad a través de la ruptura con los esquemas de orden mediante happenings y performances, Journiac proponía un espacio de acción transgresor, muestra de ello fue su obra más polémica, “Messe Pour un Corps” (1969), donde realizó una eucaristía que al principio marchó con normalidad, pero poco a poco fue convirtiéndose en una reivindicación de cuestiones morales, sociales y políticas, desplazando la visión cristiana del alma sobre la carne. El clímax llegó cuando realizó una eucaristía con hostias consagradas con su sangre. El acto religioso, que encuentra en la representación del recibimiento del cuerpo y la sangre de Cristo su realización, es llevado a la realidad en un acto que trata de inmiscuir directamente a los presentes, socializando el sufrimiento, la palabra y el discurso de Jornuiac con los otros, pero no compasivamente, sino con una fuerte reivindicación de acción política.
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Si quieres conocer más artistas que utilizaron su cuerpo como objeto de arte, mira los performances más controversiales. Al igual que la banda Pussy Riot, muchas mujeres realizan manifestaciones explícitas de su sexualidad para reivindicar al género y la causa feminista, entérate de las obras más polémicas y conoce a las mujeres que han revolucionado el arte usando su cuerpo como performance.
