Tiene las medidas perfectas y es muchísimo más guapa que tú, está acostumbrada a los elogios y suele recibirlos como si no supiera cuán hermosa es. Además de sus cualidades físicas, saber poner una mesa para 10 personas y cinco tiempos es casi natural en ella. No por eso deja de dominar el tenis, el esquí y otros deportes que practica junto con su esposo millonario. A sus habilidades físicas se le suman sus capacidades psíquicas para adivinar cuándo debe hablar más bajo, reír menos, escotarse más, abandonar la habitación, ser cariñosa, comportarse como una prostituta o sólo callar.
Cabe mencionar que la relación entre una esposa trofeo y su pareja es un contrato inmejorable en el que ellas adornan a sus hombres como una reluciente estatuilla tallada a mano y bañada en oro. Mientras ellos las accesorizan con su poderosa cartera para ser admirados por sus colegas, socios, jefes, clientes, amigos y familiares como el hombre que lo logró todo. Una fortuna, un puesto poderoso, una casa perfecta, un jardín impecable, tres autos en el garage, un perro, dos hijos hermosos y por supuesto, una trophy wife idéntica a Barbie.
El sueño de convertirse en la mujer perfecta se transforma en una pesadilla que sólo ellas conocen cuando las puertas de la jaula de oro se cierran. La realidad de todas la mujeres que aspiran a ser ese estereotipo es una vil tortura que las mantiene en un estado antinatural de perfección absoluta. Barbie no llora, vomita, menstrúa, habla, siente, grita, duerme, sufre, engorda ni envejece; pero las mujeres sí lo hacen. Por ello el anhelo de ser el plástico perfecto para el esposo “perfecto” no es tan maravilloso como se piensa; el precio de ser una esposa trofeo es bastante alto.
Annelies Hofmeyr es la artista conceptual que tuvo la genial idea de representar con ironía a la esposa trofeo a través de uno de los estereotipos de perfección femenina más reconocidos: Barbie. Esta muñeca es la típica mujer de medidas perfectas, tez clara, cabello platinado, ojos azules y sonrisa brillante con la que cualquier hombre sueña; al menos ésa es la idea que Mattel nos ha vendido. Por lo tanto, tenía que ser ella la que también interpretará el papel de la esposa trofeo. Sin embargo, el verdadero mensaje de Hofmeyr gira en torno a la tergiversada idea que se tiene de la mujer “perfecta”.
Ninguna mujer es perfecta y la identidad de la mujer moderna ha evolucionado de manera exponencial en los últimos años. Las limitaciones, etiquetas y restricciones ya no van con ella, mucho menos los estereotipos y la apariencia. Barbie o la esposa trofeo actual bebe, fuma, se divorcia, eructa, vomita, se masturba, expresa, queja, tatúa y hace absolutamente todo lo que considere placentero para ella.
La mujer real, por lo menos la del siglo XXI, tiene el derecho de ser independiente, mantenerse económicamente, tener relaciones sexuales, elegir su ropa, cambiar de apariencia, escoger a su pareja, fotografiarse y ser feliz. La esposa trofeo que Hormeyr plasma en las fotografías de su cuenta de Instagram “Trophy Wife Barbie” no es nada como la Barbie que todos conocemos. Ella capturó la verdadera esencia femenina, una que tiene ganas de matar a su exmarido, misma que algunas veces mancha la colchoneta de sangre, que tiene necesidades fisiológicas, que goza de algunos vicios, que ama divertirse, que prefiere cazar a cocinar, que no siempre se ve bien, que se excita, que tiene preferencias sexuales distintas y que también puede tener a un “hombre trofeo” para mostrarlo como un accesorio.
Barbie o la esposa trofeo sólo es perfecta a ojos de quien la posee y utiliza, pues detrás de una piel exquisita, un maquillaje impecable, un peinado admirable y un cuerpo magnífico se encuentra una vulnerable, harta, sometida y vacía mujer. La cual, tarde o temprano pasará de ser el mejor objeto del escaparte al artículo más aburrido e inútil de todos. Entonces, otra más joven y hermosa tomará el lugar de Barbie como la nueva esposa trofeo.
“Trophy Wife Barbie” es un proyecto que comenzó como una sátira que esta artista compartió en una cuenta de Instagram. Pero pronto se convirtió en la obra con la que muchos medios, personalidades y seguidores de la cuenta se identificaron. Ésta es la realidad de todas las mujeres que aspiran a ser un estereotipo, mismo que se continúa sobrevalorando con ignorancia y desesperación. Barbie, al igual que la esposa trofeo, no tiene derecho a equivocarse, tampoco a exigir; entonces ¿cómo podría ser feliz?
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Imágenes:
Instagram “Trophy Wife Barbie”