Cao Hui se perfila para ser uno de los artistas asiáticos contemporáneos más reconocidos de su generación.
Con sus singulares esculturas ha conseguido despertar reacciones que van desde la incomprensión, hasta la incredulidad. Este es precisamente el objetivo de su trabajo: logra estimular un diálogo con el espectador, quien, después de encontrarse con sus esculturas, permanece todo menos indiferente.
Hui expone el interior de objetos de uso cotidiano, personas y animales, los cuales, después de pasar por sus manos, se convierten en simples contenedores de vísceras, sangre y huesos.
Con su obra propone una manera diferente de mirar los objetos, señalando la idea de que para que estos tengan sentido, el interior debe coincidir con lo que muestra el exterior.
“Desentrañar” cuerpos es su forma de manifestar que no se debe asumir sobre lo que hay en el interior de las cosas, siempre, debajo de la superficie, se pueden encontrar verdades inimaginables.
Su propuesta de disección, también, incluye esculturas clásicas como La Venus de Milo y el David, que expone para indicar que debajo de esas figuras podría existir algo más que polvo y piedra.
Con su trabajo, Hui propone que lo importante no está a simple vista, y, para poder entenderlo, es necesario mirar desde adentro hacia fuera.
