“El laconismo apolinéo de los prismas escuetos no se arropa con un forro de ornamento: se reviste con una piel palpitante que a duras penas contiene la pulsión de las pasiones y los apetitos, y ese Dionisio encadenado transmite la violencia del deseo y el desorden de la naturaleza con más convicción que una náyade ebria”.- Luis Fernández-Galeano [1]
Es difícil encontrar una pareja de artistas que trabajen juntos con tanto éxito, y que, además, hayan sido pareja sentimental por varias décadas. Por si fuera poco son de nacionalidades muy disímiles; Christo nace en Gabrovo, en Bulgaria, y Jeanne Claude, en Casablanca, Marruecos. Uno europeo, conquistador y apolinéo; la otra visceral, intuitiva y dinosiaca. Quizá la mezcla perfecta para generar arte de gran calidad.
Christo con una historia muy peculiar: fue hijo de un científico y una secretaria de la escuela de Bellas Artes de Sofía. Nieto de alemanes poseedores de una gran fortuna que hasta 1970 sería entregada al artista, misma que a la postre donaría a la caridad en su mayoría.
Al huir del régimen asfixiante del socialismo Búlgaro, escondiéndose en un camión que transportaba medicinas a Austria, se convirtió en apátrida. Vivió en Viena, Ginebra y finalmente en París, donde se enamoró de la obra de Jean Dubuffet, Joan Miró, Nicholas de Stael y Jackson Pollock. Conocería, además, a Yves Klein y al historiador de arte Pierre Restany, quien le ayudaría a ingresar a las grandes ligas.
Su primera obra registrada se trata de una lata de pintura vacía envuelta con un lienzo remojado en acrílico, el cual amarró y coloreó con pegamento, arena y pintura de automóvil. Dieter Rosenkranz, empresario alemán, sería el primer comprador de sus piezas y con ello, el inicio de su existosa carrera.
Por otro lado Jeanne-Claude Denat de Guillebon, no se queda atrás. Hija de combatientes de la resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial, se casó con el general Jacques de Guillebon, enviudó, se comprometió y abandonó al nuevo esposo justo después de la luna de miel por estar embarazada de Christo. Se casaron en 1962, se establecen en Nueva York, y en 1964 sería el inicio formal de la pareja como artistas. Fallece en 2009, en Nueva York, y su cuerpo es donado a la investigación artística como era su deseo.
El elemento primordial de su propuesta se trata del uso de textiles en el empaquetamiento de objetos o paisajes, como modeladores de una nueva experiencia estética.
Continuando la tradición pictórica expresionista-abstracta, apuestan por el trabajo total del objeto con un tratamiento único sin recurrir a ninguna retórica, forma, fondo o figura. En este caso, el límite real de la composición se establece con las dimensiones del objeto, que va desde una lata de pintura hasta un edificio como el parlamento alemán.
Se emplea un rigor ascéptico en el diseño de la envolvente como elemento constructivo independiente al volumen arquitectónico. Se vale de un solo material que se dispone a lo largo y ancho de todas las fachadas (y la cubierta del edificio, en algunos casos), sin diferenciar escala, proporción, vanos o cerramientos.
Es una actitud de «empacar» el edificio, como si se tratara de algo que tiene que ser protegido mucho más que antes, se envuelve como regalo guardando algo preciado pero que no se muestra, lo que se ve es sólo la envoltura. Sin importar lo que hay dentro, sin pretender mostrar lo que hay allí, de manera que la estética de estos objetos se enfoca en exponer la superficie, el envoltorio intensificado que será siempre cauteloso en cuanto a lo que «deja ver», de tal manera que el edificio puede «abrirse» aunque no «descubrirse».
La primera exposición en gran formato, y acogida con mucho éxito, de Christo y Jeanne Claude fue en la Documenta IV, nada mal para un artista emergente. En esa ocasión presentaron 5,600 Cubicmeter Package, una interesante pieza inflable de 85 metros de altura que estuvo flotando sobre la ciudad alemana de Kassel por dos meses.
En 1969 sorprenden con Wrapped Coast, en la que literalmente envuelve la Little Bay de Sydney, Australia con alrededor de 92 mil m2 de tela y 56 kilómetros de cuerda, con la ayuda de 130 voluntarios.
Entre sus obras más emblemáticas destacan: The Wrapped Reichstag, The Pont Neuf Wrapped y The Wall – Wrapped Roman Wall, en la que básicamente se dedicó a envolver edificios históricos relevantes en las ciudades que lo invitaban a participar.
Con mucho rechazo al principio por parte de las autoridades y miles de cartas y llamadas de apoyo, lograban convencer a los mandatarios de hacerlo. En el caso de los edificios públicos siempre había una constante en la negativa, la seguridad del edificio y de las personas. Por tales motivos se encontró el material ideal para hacer estos empaquetamientos, una tela de polipropileno resistente al fuego, cubierta por una capa de aluminio la cual le daba cuerpo y evitaba el desgaste sobre la superficie del edificio.
Los empaquetamientos siempre fueron un éxito y las autoridades salían beneficiadas por este tipo de intervenciones. Cabe mencionar que en el caso de la intervención en el puente nuevo de París, le dieron a Jacques Chirac y a la ciudad la visita de más de tres millones de personas en dos semanas, definitivamente nadie salió perdiendo.
Existe una anécdota curiosa de un edificio emblemático cubierto, se trata de la casa de Snoopy. En 1978, Charles M. Schulz presentó en uno de los episodios de la serie que la casa de Snoopy había sido envuelta por el artista, lo cual causó gran revuelo en el pobre perro. En respuesta a la inteligente ocurrencia, Christo realizó una instalación con una casa de perro envuelta que donaría al Museo Charles M. Schulz en el año 2003.
La otra vertiente de su propuesta radicaba en intervenciones más en la línea del land art, donde el paisaje natural es intervenido por medio de estas telas interminables. Tal es el caso de Valley Curtain, donde se dispone cerrar un valle en las laderas de la montaña en Rifle, Colorado.
Running Fence se trata de uno de los gestos mejor logrados y poéticos de los artistas, donde en el valle vinícola Sonoma California trazan una línea 39.4 km de extensión y una altura de 5.5 metros generando una recalificación del cito espectacular.
Surrounded Islands es una interesante pieza desarrollada en la Bahía de Vizcaino en Florida, donde con gesto sumamente erótico recubre el contorno de las islas aledañas con una piel rosa, creando una perspectiva impresionante del lugar.
El octogenario artista sigue aún trabajando incansablemente, y aunque se ha quedado con las ganas de envolver el Arco de Triunfo de París, el Museo de Arte Moderno de Nueva York o el Puente Alejandro III, en París, aún tiene mucho para dar.
En la actualidad, sigue en gestiones para realizar The Mastaba, una pieza concebida en 1977 para la ciudad de Abu Dhabi que sería la escultura más grande del mundo hecha con 410 mil barriles de petróleo vacíos de varios colores, con la intención de formar un mosaico gigante en clara referencia a la estética islámica.
[1] José Ferrater Mora, Diccionario de filosofía abreviado, México, Hermes, 1998, p. 171.