No, valuar tu producción artística y creativa no es ponerle precio a un objeto que resultó de ciertos materiales. Ni siquiera es pensar tu obra como una simple formalización a partir de determinada materia prima. Recordando las palabras de Raymonde Moulin, historiadora de arte y fundadora del Centre de sociologie des arts, podemos advertir que frente a los valores estéticos y propios de la academia, se encuentran los sistemas del mercado –mismos que mantienen una interdependencia con los primeros– y las consecuencias de máxima incertidumbre en cuanto a términos de valor monetario o intercambio que la comercialización del arte guarda. Y ante todo, se encuentra entonces para conjugar los misterios de la obra que deviene bien y viceversa, una consciencia muy clara de la producción de arte en tanto experiencia estética como trabajo remunerado.
De esta manera, podemos seguir que para valuar tu trabajo, esencialmente en un ámbito de mercado y en las condiciones de artista emergente (si es que nunca has vendido tu obra), debes considerar que:
1. Vender a un precio menor que el costo de los materiales es una torpeza. Sí, dijimos que tu producción es más que eso, pero entonces eso refiere a que vale mucho más.
2. A ello se le suma el tiempo que pasaste buscando tu inspiración, estudiando las posibilidades de trabajo que tuviste y los períodos y espacios que trabajaste sobre tu obra.
3. Para dicha empresa, incluso las dimensiones o los cuidados de tu producción deben ser tomados en cuenta.
4. Eso sí, no te sobrevalores y tampoco se subestimes. Observa a artistas similares a ti en cuanto a trayectoria, educación, disciplina y reputación perseguida; toma tus precauciones y no subas o bajes tus precios indiscretamente u omitas tus antecedentes. Eso sólo te traerá duras consecuencias.
5. Para elevar los precios de tu trabajo, considera que primero debes sostener una o varias exhibiciones exitosas, que has ganado importantes competencias, que los medios tienen los ojos sobre de ti, que tu productividad afecta tu cotización y que nunca debes engañar a nadie con costos improvisados (si es la primera vez que vendes, sostenerte en artistas similares es totalmente válido).
6. Ve quiénes exponen o venden junto a ti en galerías, ferias, encuentros y subastas.
7. Para ello, investiga dónde estás o quiénes son tus compradores potenciales.
8. Y, sobre todo, en el cruce de valores estéticos y monetarios, no te confundas ni te sitúes en escenarios que no existen; es decir, un precio bajo no significa que seas un artista inferior o malo, así como un precio alto no quiere decir que siempre vas a vender de la misma manera o que todo lo que hagas será siempre bien recibido por el público, la crítica o los habitués.
Tomando esto en cuenta, ahora la pregunta es, ¿cuándo vas a vender algo?
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