“Las mujeres de Argel” de Pablo Picasso es la obra plástica más costosa en el mundo, hasta ahora . El cuadro fue vendido en mayo de 2015 por 179 mil 36 millones de dólares en una subasta de Nueva York. ¿Consideras que es un exceso ridículo?
Podrías pensar que siendo de Picasso, la obra de arte vale cada peso, o podrías sospechar que no es para tanto y que una inversión millonaria como ésta, podría ser utilizada para viajar por el mundo o vivir cómodamente durante años. Aunque seas amante del arte, imaginar un costo tan alto por poseer una de sus piezas icónicas, te hace cuestionar en qué radica su valor.
Si con este artista, decidir esto es complicado, con el arte contemporáneo la cosa se pone peor. Sin técnica, sin belleza y sin sustento, ¿cómo defender lo que se hace hoy?
Si no conoces cómo se juega el croquet, sería arriesgado que emitieras una crítica a sus reglas, sus instrumentos y a sus jugadores. Lo mismo sucede con el arte contemporáneo. Juzgarlo sin ser actores activos de sus dinámicas, puede ser una tarea peligrosa y arbitraria. Es decir, cuestionarlo podría ser más apropiado si estuviéramos dentro del juego; si fuéramos artistas, críticos o curadores.
Sin embargo, somos los espectadores: el receptáculo final al que el arte se dirige y desde ahí se alza un derecho legítimo a cuestionarlo. Por ello, a continuación te presentamos puntos para dudar de él.
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A nadie le queda claro qué es lo contemporáneo
Existe una dificultad técnica al referirnos al “arte contemporáneo” desde el comienzo pues no existe un concepto único, fijo y universal sobre lo que eso signifique. Lo contemporáneo es un concepto que cambia con el tiempo. Es decir, el arte del siglo XIX fue contemporáneo a sus coetáneos y el del 2060 lo será para quienes habiten en él. Podemos decir que entonces lo “contemporáneo” es lo actual, lo que “en nuestros tiempos” se efectúa pero, ¿desde dónde se empieza a contar y dónde termina?, ¿toda actividad artística de hoy pertenece al arte contemporáneo?
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Límites éticos confusos
Este puede ser uno de los puntos más discutidos del arte contemporáneo. ¿Hasta dónde es válida la transgresión moral? Sabemos que el arte no es un curso de catecismo y no podemos esperar que cumpla al pie de la letra con los cánones morales establecidos. Conocemos lo transgresor del arte, que busca romper esquemas y hacernos cuestionar lo dado pero, ¿cómo es que se justifican actos duramente violentos o autodestructivos?, o ¿es que no necesitan justificación por enunciarse a sí mismos como arte?
Linea de 160 cm tatuada sobre 4 personasEl artista pagó a 4 mujeres prostitutas y adictas a la heroína para tatuarles una línea en la espalda, a cambio, recibieron una dosis de la sustancia. En 2010 pagó a 10 hombres por masturbarse. –
De la abstracción a la confusión
Estás 2o minutos frente a una pieza. Lees 5 veces la descripción colocada al lado e intentas no quitar tu cara de serio porque, claro, estás frente a una obra de arte. Por dentro o mueres de risa o te ahogas de tedio. Comprendes que es “arte” porque está dentro de un museo, pero no dejas de repetirte ” ¡bah!, esto lo hubiera hecho yo”. La abstracción puede ser usada como un pretexto cuando la intención del artista es oscura y no comunica nada.
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¿Y la técnica?
Bueno, entendemos que el arte contemporáneo busca romper con lo establecido, lograr “repensar” el estado de las cosas tal y como son, hacernos cuestionar sobre los cimientos que creemos ciertos. Sí, pero … ¿esto no puede llegar a ser excesivo en algunos casos?, ¿el
ready made no es un recurso ya gastado? Sin duda Marcel Duchamp logró una apertura inédita para el arte conceptual pero, ¿no ha sido ya un recurso abusado? “La fuente” ya ha cumplido 100 años y aún la ‘novedad’ consiste en el cuestionamiento del arte.
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¿Quién es un artista?
Hace un par de días, jóvenes de la Universidad Robert Gordon, dejaron intencionalmente una piña dentro de una exposición de arte contemporáneo. Con sorpresa, vieron que a los pocos días, esta fruta estaba dentro de una vitrina expuesta como pieza del museo, los trabajadores del lugar supusieron que era de algún artista. Lejos de parecernos un incidente lúdico, esto da pie a pensar ¿quienes son los legítimos autores del arte? ¿Si esa piña hubiera sido colocada por Yayoi Kusama, Takashi Murakami o Marina Abramovic, sería arte?
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Imitación
En los museos de arte contemporáneo, es común ver exposiciones –si no es que iguales– muy parecidas. Existe un discurso recurrente «esta exposición intenta ser una acercamiento al vació de la existencia» , «esta instalación da cuenta de las contradicciones de la sociedad contemporánea», «las piezas aquí mostradas intentan develar el vórtice consumista actual».
Antes de entrar a la galería, sabemos qué esperar.
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El arte como mercado
Algunas piezas están valuadas en euros y son un negocio redondo a lo largo del mundo. Para nadie es secreto que grandes cantidades de dinero pueden “lavarse” por medio del consumo de arte al tener una legislación tan laxa y subjetiva. Las galerías están llenas de piezas con materiales comunes, discursos simples y formas absurdas y aún así, son vendidas en altos costos. ¿En qué momento el arte se volvió un objeto de consumo expuesto tras escaparates?
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¿El arte está hecho de palabras?
Todos los puntos vistos arriba nos empujan a una pregunta válida: ¿el arte es arte por el discurso que lo sostiene? O sea, si se elabora una idea que sostenga una determinada pieza –carezca o no de técnica– ¿eso lo convierte en una pieza artística?, ¿cuál es la diferencia entre la conglomeración accidental de objetos y una pieza artística? Lo estético, la emoción, lo catártico del arte queda segregado en su totalidad, son las palabras quienes arman el sentido de una pieza, aunque ésta carezca del mismo por completo.
-El arte es mucho más que el arte contemporáneo y el arte contemporáneo es mucho más que una tendencia. Es decir, lo aquí expuesto no agota lo que el arte contemporáneo es, como tampoco los discursos de todos los artistas de todas las latitudes. Lo que es claro, sin embargo, es que este tipo de objetos son los que imperan en las galerías y museos actuales, muy probablemente, dirigidos por una política específica que los condice a seleccionar lo que se presenta; exposiciones sensacionalistas más que de contenido de calidad.
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No caigas en el error de juzgar sin conocer, si buscas tener un criterio más amplio, revisa
estos artistas contemporáneos que te ayudarán a comprender el contexto en el que se desarrollan y descubre por qué decir que el arte contemporáneo no sirve, sólo por que sí, te hace ver pretensioso.
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Referencias
Tráfico Visual
El Mundo
Artium