Líneas y cuadrículas estilo tableros de ajedrez dominaron las tendencias Primavera/Verano 2013. La pasarela de la prestigiosa marca Louis Vuitton no fue la excepción. Inspirada en la obra del artista conceptual Daniel Buren, la colección de esa temporada evocó tanto el trabajo del maestro francés como el clásico patrón a cuadros de la propia casa de moda. Sin embargo, para Buren las líneas no son algo nuevo. Utilizadas en su obra desde 1965, este elemento gráfico ha llegado a convertirse en uno de los componentes fundamentales de sus piezas.
Cuenta la historia que todo empezó en París, en el famoso mercado de Saint Pierre, cuando Buren se cruzó con un pedazo de lino estampado con líneas de 8.7 cm., desde entonces adoptó ese patrón como su elemento constante. “Al principio era algo voluntario, una repetición sistemática, una huelga a la innovación. Pero después esto cambió completamente y se convirtió en lo que yo llamo una herramienta visual”, comentó Daniel en una entrevista para la afamada revista Modern Painters. Las líneas de 8.7 cm de ancho, separadas por un espacio de la misma medida, han transformado temporal o permanentemente espacios arquitectónicos o monumentos históricos de gran importancia como el Palais Royal de París, la Ciudad Prohibida de Pekín y ahora, el Instituto Cultural Cabañas en Guadalajara Jalisco, de esta manera el arte sale del museo y lo recontextualiza en el espacio público; Buren promueve su democratización y se convierte en uno de los precursores de la crítica institucional que comenzó en los 60.
Siempre controversial y con un espíritu vanguardista, Daniel Buren comenzó a producir arte público con sus affichages sauvages; telas o pósters rayados que pegaba sin autorización en las calles y estaciones de metro de París, llamando la atención de las autoridades y los ciudadanos. No tardaron sus afiches a rayas en estar por todas partes; su arte no era poseído por nadie y no seguía reglas. La forma audaz de presentar su obra de formas no convencionales lo hacía, irónicamente, popular en el sistema al que criticaba. Buren comenzó entonces a intervenir espacios públicos y a crear instalaciones para sitios específicos, lo que denomina como trabajo “in situ”; piezas que no pueden ser concebidas sin el entorno para el que fueron hechas. Utilizando diferentes materiales como acrílico, pintura, madera, vinyl, telas y espejos, el maestro francés juega con el espacio y sus propiedades, haciéndonos conscientes de su uso, su apropiación y su naturaleza. Así, ayudándose de elementos como el color, los reflejos, la luz y el movimiento, Buren logra transformar el ambiente.
Con más de mil 700 exposiciones alrededor del mundo, y reconocido con algunos de los premios más significativos de la escena del arte internacional, Daniel Buren es considerado uno de los artistas más importantes de su época.
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