Con un mural realizado en un live performance, frente a los ojos de todos los asistentes de ZONAMACO 2020, Leonardo Tezcucano logró que la tecnología y la naturaleza hicieran una comunión con sus trazos, de la mano de IQOS, quienes desarrollaron un dispositivo que calienta unidades de tabaco y que incluso ya cuentan con una edición especial pintada precisamente por Tezcucano, quien en entrevista contó que encontrar las pinturas correctos para realizar sus diseños sobre el material del dispositivo fue una travesía por sí sola.
Tezcucano, quien no es ningún extraño para las actividades de ZONAMACO, fue comisionado por IQOS para ser partícipe en el único evento que a lo largo de la gran feria de arte ocurrió en vivo. Allí, se podía encontrar al artista en principio sumido en el proceso creativo, completando a cada día que transcurría el lienzo que muestra no sólo cómo la ciencia, la tecnología y la naturaleza pueden comulgar, sino cómo las primeras han cambiado nuestra vida, desde cómo vemos y comprendemos el mundo que nos rodea, y que además, contempla una paleta de colores llamativos que sin duda alguna atrapa la atención de cualquiera que lo mire.
Un trayectoria de largo aliento
Tezcucano cuenta con 19 años de trayectoria profesional y no tiene pretensión de retirarse o detenerse en un futuro cercano. A lo largo de sus años como artista ha trabajo en agencias de publicidad y hasta en un despacho de diseño, además de llevar sus propios procesos creativos y las colaboraciones con marcas o participaciones en ferias de arte.
Además, Leonardo Tezcucano ha tenido la habilidad de vincular el arte con las marcas, haciendo de la perspectiva comercial una experiencia estética por sí misma. Él ha sido uno de los precursores en la escena contemporánea mexicana del arte en realizar este tipo de colaboraciones, incluso antes del surgimiento de lleno de las redes sociales y otro tipo de activaciones que actualmente involucran un sinfín de hashtags y presencia en redes.
Foto: cortesía de IQOS
Los orígenes de su vocación artística
Pero más allá de esta colaboración, Tezcucano encuentra los orígenes de su creación en los lazos familiares, en los que las profesiones de sus padres lo acercaron al oficio y consecuente profesionalización, desde su padre que era publicista al tiempo que solía pintar, incluso estando involucrado en el desarrollo de la iconografía del metro y las Olimpiadas de 1968 mientras que su madre era diseñadora de interiores y también hacía grabados en metal o acuarelas por ejemplo.
«Yo crecí de niño con las hojas de Letraset, las hojas de colores, aún no había programas de computadora, entonces crecí con torres de plumones […] mi mamá era más figurativa y mi papá era muy gestual, entonces yo creo que hice el match perfecto».
Foto: Instagram – @leotezcucano
Multifacético
Además de los murales, Tezcucano también realiza su obra en múltiples formatos y con distintas técnicas, ya sea pintando sobre una tortilla o realizando diseño digital. Él explica que su elección tanto de formatos o soportes proviene más bien de un lugar de inspiración y hasta de humor, una postura que por siglos ha acompañado a todos los artistas, en el que las musas, ya sea metafóricas o literales, suelen encontrar a los creadores, así como de las propias exigencias del proyecto que tiene en manos, e incluso como una suerte de catarsis, un concepto que ha acompañado diversas expresiones artísticas como la música, el teatro o la literatura y que hasta grandes filósofos como Aristóteles han analizado.
«Depende del proyecto que estoy trabajando. Por ejemplo hay un proyecto que empiezo con la fotografía —porque me gusta mucho tomar fotografía— entonces, tomo la foto de la modelo, la intervengo y a veces me ha pasado que de ahí me inspira para hacer un cuadro que en a lo mejor no tiene nada que ver con la foto, o sí, entonces puedo brincar de un medio a otro medio. Yo nunca me aburro, depende de lo que traigo en la cabeza, en el mood que esté o lo que necesito expresar; hay veces en las que el mural no me lo da y lo tengo que llevar para gráfica, o a veces tiene que ser algo muy limpio y lo tengo que hacer en digital».
Foto: Instagram – @leotezcucano
Las tortillas
A partir de su amor a la comida y su pasión por esta, Tezcucano está mezclando lo que muchos considerarían como lo mejor de dos mundos al tratar la tortilla de nixtamal para que sirva como un lienzo especialmente único para sus pinturas.
Él cuenta que como alquimista comenzó a hacer pruebas, no sólo para preparar la tortilla y que esta no se quiebre al intentar deshidratarlas, sino de los materiales que mejor pueden funcionar sobre éstas.
«Es arte vivo».
Explicó Leonardo, en especial ante las dudas de aquellos que temen que sus tortillas intervenidas se descompongan, un proceso que Tezcucano hasta ahora no ha podido probar y que estaría interesado en documentar.
Foto: Instagram – @leotezcucano
Sin duda, este artista, que ha sido descrito con etiquetas poco claras sobre el arte como minimal pop, pero cuya obra en realidad no responde a etiquetas tan rígidas o definitorias, sino a un simple afán creador, sigue perfilándose junto con su capacidad para adecuarse a cualquier medio y circunstancia como uno de los creadores contemporáneos dignos de admirar en el circuito actual.
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