‘Ikebana’ significa “flores vivientes” y es el arte de japonés donde las flores son la materia prima. Su historia es curiosa. Se dice que un monje budista, harto de ver la manera tan descuidada en que los otros religiosos hacían sus ofrendas florales a Buda, comenzó a ejercer esta disciplina que, hasta el siglo XV se desvinculó del carácter religioso que lo vio nacer. No obstante, el aspecto espiritual, su intención contemplativa y los aspectos simbólicos de los que esta práctica está cargada, no se han desprendido del todo.
Este arte no es decorativo. Cada uno de los elementos es pensado, tiene un por qué. Los capullos, las vainas y las hojas se colocan en una determinada dirección y con un tiempo específico de vida. Las temporadas de las plantas también determinan cuáles colocar.
¿Qué tienen que ver las flores con la sexualidad? Durante milenios, la figura de lo femenino se ha relacionado con conceptos sobre delicadeza y fragilidad, las flores, simbólicamente cargadas con preceptos similares, eran una fácil conexión con la descripción femenina. Pero hay maneras de relacionar lo femenino con estas plantas que no tienen nada qué ver con un concepto estereotipado.
Así lo demuestran Alba Adán Martínez y María Morató, dos directoras de arte que, desde las flores, lograron crear un lenguaje propio para develar el proceso de la masturbación femenina. En apenas unos pocos minutos, este video comienza por generar extrañeza, pero más tarde, se encuentra la intuición que radica en el fondo. Las palabras sobran cuando las imágenes están presentes:
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En la voz de Bethany Pendleton, una breve narración acompaña a las imágenes. Sutil pero preciso, el significado de cada palabra y toma, adquieren sentido:
“Me gustan esos días fríos, grises y lluviosos, cuando las calles se convierten en piscinas inundadas.
Como ríos largos y sucios, llevan tierra a la ciudad.
No puedes oír nada más que el golpeteo fuerte contra la ventana.
Caer pequeñas piedras, romper el vidrio, Viento fuerte. Y te quedas en la cama escondida bajo el edredón.
Para ver su jardín completamente inundado. Eres tú y el agua, tu habitación como un mar, y la isla tu cama”.
En entrevista para VEIN, las artistas hablaron sobre la ambigüedad que las imágenes aparentemente inconexas podrían propiciar en el público al respecto, dijeron “en realidad no nos preocupa que el espectador no entienda lo que le contamos, porque lo que queríamos desde el principio es crear una atmósfera y que percibiera de forma sutil todo el erotismo”.
Ahondaron sobre la suerte del video, el cuál buscan continuar difundiendo aunque sin una carga de presión sobre lo que tenga que suceder con él. Sin embargo, comentaron, ya ha sido preseleccionado en “algún festival”.
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Puede parecer confuso. Todo es cuestión de interpretación y si prestamos atención a las palabras y al devenir de las imágenes, encontraremos, sin duda, las fases de la masturbación. Desde una tímida aproximación, donde todo parece estar en una leve calma, el goce secreto de los fluidos, hasta llegar al clímax.
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Referencias
VEIN