En el país que vio nacer la corriente del muralismo es más que lógico que en sus avenidas, edificios y, a veces, en las fachadas de los hogares todo tipo de artistas plasmen sus propios murales, dotando a la CDMX de un colorido paseo por la historia del arte.
Esto es lo que ocurre con uno de las intervenciones más recientes de la ciudad, ni más ni menos que sobre Reforma, una de las avenidas más importantes y transitadas por automovilistas y transeúntes por igual. Allí, precisamente en el número 333, figura A happy confluence, un colorido mural de Claudio Limón.
Claudio Limón. / Foto: Alessandro Volpi
El sello estilístico de Limón es el uso de colores intensos que conjugan con una sensación de alegría; del mismo modo, además de la saturación de colores, sus trazos irremediablemente recuerdan a una propuesta cubista, en la que las facciones de los personajes que retrata se fragmentan en múltiples figuras geométricas y tonalidades de colores, provocando que la mirada del espectador se dirija hacia el objeto representado.
Claudio Limón explica que su interés y uso por el color proviene de su propia familia, que de una forma u otra ha estado apegada al ámbito de la creación:
«Mi papá es rotulista y desde pequeño estuve con contacto con las pinturas en su taller y me llamaban la atención mucho los colores y mi mamá es modista, recuerdo que la acompañaba a las tiendas de telas y me perdía entre los rollos y el colorido de la tienda. Después se intensifica al conocer más de nuestra cultura mexicana, las tradiciones, artesanías, las calles de los pueblos, todo México es color».
Instagram @claudiolimonY es que en un país en el que se nos reconoce precisamente por la alegría, la fiesta y el júbilo, no es de extrañarse que el jalisciense se enfoque en representar algunos de nuestros mejores valores en cada una de sus obras, mismas que en repetidas ocasiones las ha realizado de la mano de grandes marcas comerciales.
Mediar el trabajo creativo y las obligaciones comerciales son un reto que en la actualidad se ha convertido en una faceta importante en el arte, que si bien, de acuerdo al propio Limón, puede ser desafiante conjuntar los requisitos de cada cliente sin perder su esencia, también representa una gran oportunidad para exponer su arte de forma masiva.
El mural de noche.
Este nuevo mural en Reforma lo hizo en colaboración con Shake Shack, una compañía que inició en Nueva York y que en días recientes abrió sus puertas en la Ciudad de México. De tal forma, el mural muestra la unión entre las raíces neoyorquinas de la marca, así como las de México, siendo uno de los objetos más llamativos en su obra la figura de la Estatua de la Libertad y la Victoria Alada del Ángel de la Independencia, o dos edificios representativos de cada ciudad: el Empire State y nuestra Torre Latinoamericana.