Drogas, terapia cognitiva y meditación, en ninguna de las tres se encuentra la fórmula de la felicidad. Sentirse pleno, satisfecho y feliz sólo es posible a través del equilibrio y la calidad que tenemos en todas nuestras relaciones (laborales, personales y por supuesto amorosas), esos lazos nos brindan o arrebatan lo que nosotros conocemos como felicidad. Al menos, ésa es la teoría con la que Stefan Sagmeister, artista y diseñador gráfico, concuerda de mejor manera. Después de probar antidepresivos, ansiolíticos , mantras budistas, retiros espirituales, psicoanálisis, entre otras alternativas, descubrió que nada lo llenaba de tanta felicidad como el hecho de enamorarse.
Con el mundo a sus pies, una fama inesperada y un éxito profesional incomparable, Sagmeister se preguntaba dónde se encontraba aquello que completaría su perfecta existencia. “The Happy Film” fue el largometraje en el que el diseñador documentó esa incesante, divertida y frustrante búsqueda de la felicidad absoluta. Finalmente, el artista, quien creó algunas portadas de álbumes musicales para artistas como The Rolling Stones y Lou Reed, descubrió que ni fuera ni dentro de uno se encuentra la plenitud, sino alrededor y entre cada vínculo que formemos con otros y con ciertas situaciones.
Además de la compleja temática que aborda el filme del genio austriaco, el diseño visual que creó para introducir y detallar cada parte de su película, es extremadamente bello y peculiar. No es extraño que un diseñador como Sagmeister, quien durante décadas ha explicado y demostrado su obsesión por la belleza, haya compuesto un proyecto estético tan enigmático como “The Happy Film”.
Quienes no conocen mucho del trabajo de este maestro del diseño, suelen enamorarse a primera vista de todo lo que Sagmeister ha creado durante tantos años de carrera. No obstante, sus ideas no siempre giran alrededor de lo colorido, curioso y bonito; muchos de sus proyectos han protagonizado la escena del diseño debido a lo polémicos y transgresores que son. Podríamos decir que Stefan Sagmeister es un experto en crear belleza inesperada.
Junto con Jessica Walsh, Sagmeister fundó el estudio y la firma de diseño “Sagmeister & Walsh”, en donde ambos han creado algunas de las obras más desafiantes, originales y cotizadas de la industria. Bajo esa premisa, el diseñador ideó uno de los pósters más llamativos, pero también criticados del diseño. Como parte de un proyecto para el colectivo de diseñadores profesionales “AIGA Detroit”, Sagmeister decidió tallar su piel con un objeto punzocortante para grabar sobre sus brazos, abdomen, pecho y oblicuos la información necesaria para anunciar una exposición que haría junto con AIGA Detroit.
Una vez que las palabras quedaron marcadas en el cuerpo de Sagmeister, en forma de heridas y cicatrices, su imagen fue fotografiada y enviada como propuesta de diseño al colectivo. Impresionados y un tanto perturbados, su creación resultó justo lo que nadie esperaba y por lo tanto lo que todos amaron.
El trabajo inusual de Sagmeister continuó impresionando cuando lanzó una colección de desnudos fotográficos en los que también participó su socia y colaboradora Jessica Walsh. A manera de chiste, sello y controversia, al diseñador le pareció buena idea captar la atención del espectador a través de su cuerpo completamente desnudo. En estas imágenes su pene cuelga de entre sus piernas, por lo que muchos censuraron la imagen con franjas negras, pero otros dejaron que la innovación del diseñador, la cual formó parte del proyecto “The Happy Show”, fuera expuesta tal cual.
A pesar de la locura con la que Sagmeister suele trabajar, todas sus creaciones han sido relevantes y significativas en el mundo del diseño. Desde las portadas de los discos más destacados de la escena musical, hasta los comerciales en los que ha trabajado forman parte de un repertorio inigualable que, como su lema lo dice, toca los corazones de quien los conoce. No importa si causa molestia, felicidad, agonía, ternura, rabia, curiosidad, asco, excitación o cualquier otra emoción y/o sensación, todo lo que este artista austriaco imagina y construye está dotado de una belleza inexplicable que sí o sí nos hace reaccionar, sentir y de alguna manera, disfrutar.
El mensaje que Sagmesiter ha intentado esparcir con todo su trabajo y su misma palabra se reduce a una sola cosa: no hay nada que nos haga más felices que encontrar o crear la belleza en todo lo que nos rodea. De ahí parte su pasión por el diseño y su genialidad para continuar sorprendiéndonos. Ahora, el diseñador se encuentra en su sabático en México, el cual se toma cada 7 años para refrescar su creatividad. El proyecto en puerta, “The Beauty Project”, pretende devolverle la belleza a algunos puntos céntricos de nuestro país, por lo que sólo resta esperar el magnífico resultado del artista y otros colaboradores.
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Sagmesiter & Walsh