La lotería gay de Felix d’Eón es un caso atípico dentro del diseño y el arte en México. El arte se trata de jugar todo el tiempo, incluso se burla de él mismo. Sin importar la disciplina, cualquier obra –sobre todo en México– se encuentra en contacto constante con su entorno: lo retrata y, a la vez, lo deforma para crear imágenes completamente nuevas. Con suerte, éstas quedarán grabadas en el imaginario colectivo como una muestra innegable del humor que reina en las mentes creativas de nuestro país. Sobran los nombres para ejemplificar esta tendencia; sin embargo, el más importante de ellos es José Guadalupe Posada, quien llevó su trabajo a los límites de la realidad satirizando un hecho del que todos seremos parte: la muerte.
A través de esqueletos sonrientes, el grabador retrató el contexto mexicano prerrevolucionario. Inclusive, durante la guerra colaboró con los periódicos de la resistencia para denunciar y, al mismo tiempo, mofarse de la clase política de aquel entonces. El arte de Posada no sólo trascendió las barreras del tiempo por sus burlas constantes en contra del régimen, también porque sus trazos plasmaron el estereotipo del mexicano machista vestido con ropa de campo y dos pistolas a los costados.
Vale la pena preguntarse si actualmente la crítica planeada por Posada tiene alguna validez y aunque posiblemente hay quienes respondan un rotundo “sí”, lo cierto es que hace falta profundizar más en el tema. De esa forma entenderíamos que aunque aún exista el machismo, existen nuevas problemáticas como la discriminación hacia la comunidad homosexual y los prejuicios a su alrededor.
Afortunadamente hay artistas que se interesan por rescatar y actualizar esa parte gráfica de la picardía mexicana, sin alterar su estética original. Autores como Felix d’Eón experimentan con nuestras tradiciones para llevarlas a un punto en el que los elementos que las conforman son los mismos que denuncian el contexto en el que fueron gestadas. Así fue como el ilustrador independiente creó la primera y única “lotería gay mexicana”.
“Hago pinturas en estilos del pasado; pero lo hago para explorar nuestra herencia histórica de una manera incluyente”.
–Felix d’Eón
Manteniendo el estilo art nouveau con el que “Don Clemente Gallo” hizo las primeras tarjetas de lotería para Clemente Jacques y Cía, d’Eón adaptó este representativo juego para combinarlo con la postura queer. El creó estas cartas con el fin de demostrar que no es necesario pintar un arco iris ni escribir “orgullo gay”, para que la gente se dé cuenta de que la homosexualidad es tan natural y cotidiana como las costumbres a las que el pueblo mexicano se abraza incondicionalmente.
“Normalmente me emociona trabajar en proyectos ambiciosos compuestos por obras individuales, que por sí mismas parecen sencillas pero que en su conjunto crean algo más grande y bello. Reinterpretar este elemento cultural tan importante como la lotería desde mi postura ante lo queer, surgió de una forma casi natural”.
–Felix d’Eón
En otras series como “African-american” d’Eón invita a modelos y amigos para que posen para él, posteriormente toma las fotografías que necesita y trabaja sobre éstas para realizar sus ilustraciones. Así las imágenes se vuelven algo más íntimo y natural; esto provoca que las escenas formadas por sus trazos se asuman tan normales como lo son en la vida real.
El juego que desencadenará tus más oscuros deseos y cuestionará tu sexualidad, es el resultado de la apropiación de varios elementos tradicionales. Por ello, la lotería gay de este ilustrador generó tal impacto, pues posiblemente estas imágenes se queden tan grabadas en la mente del espectador como los grabados de Posada o las tarjetas de Clemente Jacques.L
Fuente:
Yaconic