El Greco nació en Candía en 1541 y tuvo una vida de peregrinaje, rodeada de atardeceres venecianos y contrastes de luz plasmados en sus cuadros de Toledo, que fueron los determinantes para la evolución de su arte.
Su vida artística se desarrolló al final del renacimiento. Tomó un estilo de matices religiosos y composiciones simétricas, logrando plasmar el camino de su técnica artística. A través de los años estableció relaciones con artistas dominantes de la época. Hay quienes lo calificaban como un pintor caprichoso y extravagante, un artista que combinaba colores desabridos y poco originales. Fue hasta finales del siglo XIX que la valoración de El Greco, comenzó a ser reconocida. Manet se dirigió a la pintura española con una muy alta estima, incluso buscó inspiración en la obra de El Greco de Toledo.
De sus viajes por Venecia, nació el gusto por Tiziano y Tinttoreto, de quienes aprendió la técnica .
Su obra “Curación del ciego” refleja las enseñanzas de Tiziano sobre el color. Es una pintura con fondo abierto, pórticos y luz dorada típica de Venecia. En este contexto adquiere un gran conocimiento sobre el uso de los colores cálidos y la importancia de la luz.
En Roma recibió importantes influencias del propio Miguel Ángel, pero ni en Venecia ni en Roma logró conquistar a los artistas locales con su arte, ya que éstos lo custodiaban celosamente.
Resultaba difícil para el Greco consolidarse en aquel contexto gobernado por el esplendor de estos creadores, intentando llegar a la cúspide innovando con temas de diversas formas y figuras de retrato.
Hay quienes dicen que su marcha definitiva de Roma fue debido al rechazo que se generó al proponer al Papa Pío V rehacer “El Juicio Final” de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, para hacer figuras más recatadas.
La pintura del periodo italiano de El Greco gira en torno a una serie de temáticas diferentes; por un lado se identifica la historia sagrada, en donde Cristo es el protagonista y a través de su técnica cuenta la historia de las pasiones humanas.
La pintura de género, por su lado, cuenta con un sustrato literario. Esta etapa se ve evidenciada en el cuadro “Muchacho de la vela”, que tuvo gran importancia para la pintura.
La obra “El Entierro del Conde Orgaz”, fue rechazada y se cubrió con una tela desde la figura de Cristo hasta las cabezas de los terrenales, ya que se mostraba desnudo a San Juan, y no representaba una Gloria tradicional. Después de esta pintura, El Greco pasó de los colores cálidos a los fríos como verdes, azules y grises.
Una de las grandes cualidades de las pinturas de este artista son los matices modernos evidenciados en el uso de la luz y de colores contrastantes. En su obra “El Expolio”, se anticipa a la obra de los impresionistas, dando énfasis a la luz sobre la armadura del oficial y la túnica de Jesús, igual que en el atrevido azul sobre la camisa blanca del verdugo agachado.
En la última fase del pintor, las obras armoniosas del maestro manifiestan extravagancia, sus pinceladas penetran figuras febriles, representando movimiento. En los años que correspondieron al primer tercio del siglo XX, los movimientos de la vanguardia artística se interesaron precisamente por esta faceta. El Greco se adelantó casi tres siglos al uso del color de los impresionistas.
Es entre 1596 y 1603 en Toledo, cuando El Greco se libera de esa crisis de oscuridad anterior.
Al incorporar la luz castellana en sus cuadros, transforma los cálidos colores de su época veneciana por las tonalidades españolas más frías, y aparece en sus obras un característico gris ceniza. En este periodo encuentra su verdadera identidad, caracterizada por la aplicación del color y su rechazo de las proporciones clásicas. En el cuadro “La vista de Toledo” aparece un espectral paisaje, en donde los verdes arrebatados y azules oscuros se combinan de manera perfecta. El cuadro deslumbra en su cielo la luz del expresionismo.
Es así como se representa al gran precursor de la pintura moderna, se anticipa al gris plateado de Velázquez y a los fondos grises monocromos de Manet y Whistler. El Greco se considera el máximo representante de la pintura en España, como también la primer figura de proyección universal de ésta. Es sin duda uno de los principales genios de la historia del arte.
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