A veces efímero, otras imperecedero, el Grand Chamaco es un artista que plasma su creatividad en lienzos tecnológicos. Delirante, cargado de algún tipo de anarquismo e influenciado por tendencias de vanguardia, este artista lleva de las palabras a la ilustración la cotidianeidad de Twitter con la imaginación de un niño mediático.
Su universo creativo comenzó a gestarse cuando decidió dibujar como vía de escape a una realidad adversa. Fue el niño anarquista y revolucionario del salón. El que sustituyó a los amigos con los personajes inventados; a los juguetes con los colores y a los juegos con las historias que construía dentro de su cabeza. Al paso de los años, descubrió en las ilustraciones una bandera que lo llevó a encontrar referencias y mentores que lo ayudaron a encontrar su verdadera identidad y voz propia como creador. Fue así como dio sus primeros pasos durante su adolescencia.
Posteriormente redescubrió las dos pasiones que lo han acompañado a lo largo de su vida: dibujar historias y reinterpretar el lenguaje verbal; no es casual que esta condición de creativo lo hayan llevado a ejercer el arte en diferentes formas, al respecto, el ilustrador comparte: “Aprendí primero a dibujar que a escribir. Veo con los dos ojos, sólo que prefiero el izquierdo para poner a trabajar el hemisferio derecho. Soy ambidiestro. Con la derecha dibujo fluidito y mexa y con la izquierda minimal y suizo. Me gustan los tuits, pero como no se me ocurren mejor los dibujo”.
Después de años trabajando en el competitivo y arrebatado mercado mexicano, el mayor merito (hasta la fecha) de este joven diseñador es, que mediante la reinterpretación de palabras logra transportar tuits a la imagen con su acostumbrado dibujo internacionalmente imperfecto, creando así toda una galería de inusuales personajes y situaciones. Sin duda, Se dibujan tuits es una serie que reitera su extraordinaria versatilidad, así como su espíritu multidisciplinario al desarrollar sus ideas.
Otra cualidad que define a este joven artista es la simplicidad de ejecución y su carácter divertido con ciertos tintes de ingenuidad, una rara virtud que no se limita a su estética, de la misma forma refleja esa sencillez en su filosofía de vida basada en lo ameno de los tuits espontáneos. Evidentemente, su filosofía es más que sencillez; su devoción, coraje y sabiduría complementan su genial personalidad. En pocas palabras: los tuits de otros son tan divertidos, como creativos son sus dibujos.