Desde finales del siglo XVIII, esa convulsa época en la que la Historia y el pensamiento de la humanidad cambiaron haciendo que la filosofía, la literatura y el arte en general dieran un drástico giro a la libertad creativa, el artista ha tenido que lidiar con el público de forma muy polémica.
Muchas veces hemos escuchado frases que consideran que el arte contemporáneo no aporta ni vale algo, pues sólo sirve para alimentar el ego del autor cuando exhibe su obra; sin embargo, el que se muestre inconformidad no se debe a la variación temática o representativa, sino a que, queramos o no, el arte y la cultura han invadido cada vez más los espacios públicos y se encuentran tan dentro de nuestra realidad que poder comprenderlos es todo un privilegio.
Las personas buscan que el arte aporte algo a sus vidas. Las visitas a los museos han incrementado y las exposiciones y actividades culturales son una constante, pero surge entonces el problema: el público no entiende lo que ve.
Son muchos los artistas a lo largo de la Historia que han tenido que enfrentarse al problema de que los espectadores no encuentran sentido a su obras, uno de ellos fue Picasso, quien respondió lo siguiente: “¿el mundo de hoy no tiene sentido, así que, ¿por qué debería pintar cuadros que lo tuvieran? El arte es una mentira que nos hace darnos cuenta de la realidad”.
Es necesaria una ayuda para eliminar la frontera entre la obra artística y la comprensión social, y son distintos los estudiosos que se han propuesto como meta acercar al público el contenido de las obras que quieren ver pero que no terminan de comprender. Entre estos destacamos el trabajo de Will Gompertz; un director de Arte de la BBC y antiguo director de comunicación de la Tate Gallery, sobresale en el mundo del arte por dos motivos: su relación constante con los artistas más diversos, polémicos, conocidos y multifacéticos y por su buen-hacer para que el público entienda lo que sus estudios y experiencias le han facilitado.
Ha escrito diversos artículos y libros que ayudan al lector a entender una obra contemporánea cuando está frente a ella, y uno de esos título es “¿Qué estás mirando?”; en cuyas páginas nos da a conocer el mundo del arte a través de numerosos ejemplos de artistas y sus obras, siempre con un lenguaje cercano y a menudo cómico que provoca que no sólo podamos valorar el porqué de una creación, sino abrir las miras para comprender que el arte es una idea.
El libro resuelve las dudas que alguna vez nos planteamos pero no nos atrevimos a hacer; un recorrido de más de 150 años de arte presentadas a través de anécdotas. Desde los nenúfares de Monet hasta los girasoles de Van Gogh, pasando por las latas de sopa de Warhol y los tiburones en formol de Hirst, descubriendo la historia que hay detrás de cada obra, las personas detrás de los artistas y la magia que esconde el arte contemporáneo.
Gracias a él, las fotos de habitaciones destrozadas, tubos de luz neón, cajas metálicas vacías o colchones sucios con residuos sexuales se convertirán en un objeto valioso, cuestionable sólo desde una perspectiva crítica: el público puede volverse un observador sagaz.
Con Gompertz, el arte deja de ser algo fuera del alcance y se convierte en un objeto de reflexión social, real, del mundo que nos rodea. Y es que como bien dijo Marcel Duchamp: “contra toda opinión, no son los pintores, sino los espectadores, los que hacen los cuadros”.
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Y si estás interesado en saber más para entender el arte, te dejamos las claves que te acercarán más a esta expresión artística. Aunque es probable que antes debas hacerte unas cuantas preguntas que te ayudarán a comprender que todo el arte es el resultado de nuestra envidia.