El objeto dulce del deseo

Algodón de azúcar, fondant, chocolate, pasteles, crema; no, no estamos hablando de una pastelería o de un chef, sino del artista visual nacido en Massachusetts, en 1965, y quien actualmente radica en Nueva York: Will Cotton.

Sus pinturas y fotografías llenas de dulce pueden parecer piezas inofensivas, sensuales, incluso, tiernas; sin embargo, logran esconder la verdadera intención de Cotton: representar una crítica más profunda hacia la decadencia y el consumismo excesivo; una mirada maquillada sobre la realidad material en la que se vive actualmente, en pocas palabras, el poder desprendido del deseo.

El diálogo pictórico estudiado por Cotton se basa en “el objeto del deseo”. Sus pinturas, generalmente, están saturadas por la creación de escenarios integrados por repostería y dulcería reales, horneados y preparados en su estudio, ubicado en Manhattan. A este estilo se le ha sumado la iconografía de las pin-up girls, con quienes Will Cotton ha explorado una estética de erotismo a través del semidesnudo o desnudo completo, desde 2002.

Para Will es notorio que el deseo proviene de las carencias, pero, también, reconoce que el ser humano es difícil de satisfacer; la sensación de exceso de dulce en sus retratos y pinturas puede generar una sensación de asco y fastidio, representando las debilidades y el deseo insaciable del humano.

Su trabajo le ha otorgado exhibiciones y reconocimientos tanto en Estaods, Unidos como en Europa. En 2004 recibió el premio Princess Grace Foundation de arte contemporáneo, en Mónaco, y desde 2012 tiene un doctorado honorario por parte de la New York Academy of Art. Su trabajo ha ganado notoriedad en los últimos años por la influencia de la estética Pop, especialmente desde su colaboración en 2010 con la cantante Katy Perry, para quien diseñó la imagen de su álbum Teenage Dream y su single California Gurls, así como su trabajos fotográficos editoriales de moda.

Entre sus proyectos más recientes se encuentra la instalación artística Will Cotton Bakery, inspirada, de nuevo, en el concepto pin-up. La instalación se presentó dentro de Partners & Spade, NY, donde en el transcurso de tres fines de semana, creaciones pasteleras fueron vendidas al público en general; el staff se vistió de acuerdo a la ocasión, haciendo referencia a varias de las obras visuales, esto con el propósito de que los visitantes pudieran “experimentar”, de forma más sensorial, su proceso creativo a través de colores, olores y sabores.

Para su último proyecto, hasta ahora, el artista experimentó con el performance, en el que utiliza elementos de danza clásica y burlesque. A través de Cockaigne for Performa 11, realizó un tributo a la crema pastelera y el algodón de azúcar.

Este proyecto fue su primera exploración de elementos efímeros, incorporando música, danza y aromas. Cotton adecuó la escenografía y concepto del espacio, a la vez que diseñó los vestuarios. La presentación se basa en “Cockaigne”, un lugar descrito por su abundancia y utilizado por poetas y escritores medievales durante una época de escasez. El tema ha sido explorado por diversas personalidades entre los que se encuentran: Umberto Eco, Voltaire y Pieter Bruegel.