Decía Ernst Gombrich, uno de los mejores historiadores de arte, que mucha gente gusta de ver en el arte aquello que le gustaría encontrar en el día a día, pero ¿qué pasa cuando dejamos de ver para guardar una memoria fotográfica que nunca más veremos o que sólo nos sirve para presumir en las redes sociales? Perdemos los detalles, las pequeñas historias que el arte guarda y las profundas reflexiones que la creción humana conlleva. En un mundo en el que no podemos separarnos de la tecnología y ésta en ocasiones nos aísla más de lo que nos integra, dejamos de ver más allá de la resolución de nuestra pantalla.
Ante dicha realidad, el nuevo museo Rijksmuseum en Amsterdam ha decidido prohibir las fotos al interior del recinto. Sí, para evitar que las multitudes se congreguen alrededor de los cuadros y capturen instantáneas que nunca verán o que servirán para presumir en redes sociales. El museo cuelga un gran anuncio en su fachada que desaliento a las estrellas de Instagram. Sin embargo, más que un discurso anti-tecnológico, el museo busca que los visitantes dejen atrás su smartphone y aprecien lo que está frente a ellos. Por si fuera poco, también tiene la iniciativa de brindar lápices y cuadernos para que todos aquellos que lo deseen, puedan realizar un dibujo de su obra favorita,
El museo que alberga obras de Van Gogh, Frans Hals, Rembrand van Rijn, Johanees Vermeer entre otros, no busca encontrar nuevos talentos que ronden sus pasillos, sino que a través del dibujo, los visitantes aprecien los detalles del arte que está frente a ellos. Según Jacobien Schneider, del departamento de educación y Michael Lewis, historiador del arte, la iniciativa “busca una conexión mucho más profunda con las artes visuales que no se logra a través de los megapixeles”. Así que todo aquel que tenga el tiempo y la intención, podrá dibujar su pintura o escultura favorita y retomar los detalles del artista a través de su propia mano.
#Startdrawing ha reunido a cientos de visitantes que sorprendidos por la peculiar forma de abordar el arte se han entregado a la experiencia de disfrutar del arte a través del dibujo. Aunque muchos puedan desilusionarse ante el resultado final del dibujo, los directivos del museo reiteran que la experiencia del museo “es un viaje, no un destino”. Lo importante no es juzgar el resultado, sino la experiencia de mirar y observar aquello que está frente a ti, y por ende, poner atención a los detalles que de otro modo pasarían desapercibidos.
Aunque el museo Rijksmuseum no es el primero en “prohibir” los teléfonos, pues otros limitan el uso de smarthpones o incluso han prohibido los selfiesticks como el Metropolitan o el Museo de Arte Moderno de Nueva York, sí es el primero en promover una iniciativa creativa que acerque a los visitantes con el arte, pues finamente, ¿quién dijo que ir a un museo no puede ser divertido?
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Referencia: CBC Radio
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