Siento que soy realmente honesto en mis entrevistas, tanto que se hace un defecto.
He perdido amigos por ello. Grandes amigos.
Y tengo el corazón roto por eso.
– Shia LaBeouf
“Do it!”, nos grita frente a una pantalla verde el extraño personaje en el que se ha convertido Shia LaBeouf quien –con su carisma juvenil– prometía ser una de las estrellas más humildes y brillantes de Hollywood. “Make your dreams come true”, Shia nos dice que cumplamos nuestros sueños, que no dejemos que algo nos impida avanzar, pero en vez de eso soltamos una enorme carcajada y miramos incómodos mientras el actor hace expresiones exageradas. Fallamos en comprender qué le sucede. ¿Por qué haría eso? Su discurso ha sido repetido en Internet una y otra vez con diferentes fondos en esa pantalla verde. Shia de pronto está en “Dragon Ball”, “Interestellar”, “Master Chef” y cientos de audiovisuales más gritando “Do it!” una vez más.
Pero no fue un accidente. No es como si alguien hubiese lanzado ese video sin el permiso de Shia, todo estaba planeado. Era uno de sus performance; un acto raro, un concepto absurdo (a nuestros ojos) pero, probablemente uno de los trabajos de metamodernismo mejor aplicados en un mundo que aún no logra comprenderlo.
El metamodernismo es un término poco escuchado en la actualidad, sin embargo, cada vez podemos ver más expresiones que sintetizan sus ideales. “El error crea el sentido” es una de las bases de un manifiesto establecido por Luke Turner, uno de los seguidores del “antimovimiento”. Bajo esta premisa asegura que es principalmente una respuesta al modernismo y posmodernismo, tomando los elementos del primero, alejándose del segundo y haciéndose consciente de eso con una ideología honesta bajo un contexto aparente que lo hace parecer torpe o ridículo. Shia LaBeouf está involucrado con las ideas de esa pretensión artística y sus creaciones que, aunque parecen irónicas, podrían mostrarnos una honestidad creativa que el mundo ha olvidado.
Para ejemplificar el funcionamiento del metamodernismo podemos tomar como objetos de estudio distintas series de caricatura. “Hey Arnold” es una obra modernista: se adhiere a una tradición de mostrar la belleza y potencial del humano de una forma básica, principalmente mostrando resultados positivos. “Finales felices”, por así decirlo. Como respuesta a él llegó el posmodernismo, “Ren y Stimpy” es la muestra perfecta de sus ideas. Rompe las ideas de su “padre” y se convierte en una burla completa. Presenta sus sujetos pero muestra una negatividad no vista antes y ridiculiza por completo ese “pasado”. El metamodernismo sería “Rick & Morty”. La serie se desarrolla en el completo nihilismo, en el imaginario incoherente del posmodernismo, pero con una honestidad mucho más brutal de la que alguna vez habíamos visto. Shia LaBeouf está más cercano a ello de lo que podemos imaginar.
El metamodernismo, dentro del manifiesto establecido por Luke Turner, asegura que se debe reconocer la oscilación como el orden natural del mundo y conecta la idea a que el creador no se debe estancar bajo los conceptos modernistas ni en los de su hijo “antónimo y bastardo”, el posmodernismo.”Rick & Morty” habla con fuerte existencialismo sobre nuestra insignificancia, pero también sobre cómo, al darnos cuenta de ella, podemos lograr mucho más, a pesar de estar en un contexto imposible de tomar en serio.
Shia LaBeouf es fiel a esos estatutos; sus performances son ridículos a propósito, la fachada es tan irónica y posmodernista que toda la seriedad se ve reducida y la audiencia se ciega ante el verdadero mensaje del creador. El artista crea un medio “falso”, tiene completa independencia de mostrar su verdadero rostro y ser honesto, incluso de un lado más personal que lo que permitía el modernismo original al conjugarse a ideales, a veces, exagerados.
LaBeouf tiene una conexión con el metamodernismo que los medios parecen ignorar. Él fungió como colaborador del manifiesto con Luke Turner y ha dado distintas pláticas sobre el tema. Uno de los intereses del mundo del espectáculo es explotar la imagen de LaBeouf. Es conveniente que su imagen sea percibida como tonta, y no seria, porque crea mayor popularización y de ese modo, el artista expresa su rencor hacia el medio que lo hizo famoso.
Sus presentaciones comienzan con su cuenta de Twitter, después usó una bolsa sobre su cabeza que decía “I am not famous anymore” (Ya no soy famoso). La reacción de Internet fue violenta, principalmente por otros hechos controversiales en los que estuvo involucrado (como un accidente en auto y un caso de plagio). Fue señalado como pretencioso y una ola de odio cayó sobre él, tanto en el público como en los medios.
Al poco tiempo, creó su obra más representativa: #IAMSORRY. El performance consistía en Shia sentado frente a una mesa con diversos artículos puestos en otro mueble. Los asistentes podían tomar asiento mirándolo y podían hacer diferentes cosas con los objetos que estaban a su disposición, tal como con anterioridad lo habían hecho Yoko Ono y Marina Abramovic.
LaBeouf lloró repetidas ocasiones mientras escuchaba comentarios que lo acusaban de perdedor, fracasado y un creador fallido. No tardaron en surgir las críticas que tachaban todos los aspectos de su acto como inmaduros, desde el título, hasta asegurar que era una copia de “The Artist is Present” de Marina Abramovic, pero la reacción del público (y de la representativa artista del performance), señalaron algo distinto. Entre los asistentes, surgían reacciones serias, incluso entre aquellos que acudieron por morbo o para ver qué tan absurdo era. El actor creó una conexión y su obra tuvo éxito –al menos bajo su entendimiento–.
El último punto del manifiesto metamodernista dicta que éste debe definirse como “la condición mercúrica entre y más allá de la ironía y la sinceridad, ingenuidad y sapiencia, relativismo y verdad, optimismo y duda, en la búsqueda de una pluralidad de horizontes dispares y elusivos”. Shia, al ser coautor de este género, tiene un entendimiento claro sobre lo que significa el “meta”. Un autoreconocimiento para ir más lejos dentro de la oscilación.
“Rick & Morty” cumple esas características y los performance de Shia también. Cuando el actor se quedó sentado múltiples horas viendo toda su filmografía, no utilizó caretas. En todo momento nos dejó ver sus ojos, sus reacciones honestas. Su aburrimiento, felicidad, melancolía, pero la mayoría de los espectadores no lo vieron por el hecho de percibir su trabajo como algo ridículo, narcisista e indulgente, ¿qué más podían esperar si ése era el propósito?
Shia LaBeouf podría no ser un genio artístico, pero es pionero de un género (que aún sigue sin considerarse un movimiento) que se apoderará de la cultura popular dentro de poco, si es que los espectadores finalmente pueden ver mas allá del posmodernismo y su constante ironía. Como actor, Shia LaBeouf no es más que un intérprete medianamente talentoso. Como persona, tiene características extrañas que podrían ser percibidas como arrogancia (sin mencionar su registro criminal), pero como artista nos deja ver todo lo que está bajo esa fachada que Hollywood le puso encima. Su humanidad se revela más allá que otro actor de su tipo y nos dice que ya no podemos fallar en observarnos, la hipocresía ya no es una opción y el metamodernismo es el futuro en la creación.
Inspirado en un videoensayo de Wisecrack
Puedes ver más sobre metamodernismo en http://www.metamodernism.org