La rebelión
Mi familia no quería que fuera a la escuela de arte, lo que hice fue aplicar para un préstamo estudiantil que podía obtener si tenía 18 años. Así que fuí y me inscribí. Lo que significaba que podría asistir a la escuela de arte, aunque mis padres no quisieran porque podía conseguir un trabajo y pagar por el préstamo yo misma. Mis padres podían pagar por enviarme a la escuela. Y cuando descubrieron que iba a hacerlo de todos modos, pagaron por mí.
Durante su primer año de la carrera de Ilustración en la Tyler School of Art de Filadelfia uno de sus profesores desacreditó su trabajo, para él, Paula no tenía talento para el diseño. Paula no dibujaba muy bien y tenía problemas alineando la tipografía a los elementos en el lienzo. Fue hasta que conoció a su maestro Stanislaw Zagorski, quien le sugirió Ilustrar con tipografía, una práctica que influiría en todo su trabajo.
Al terminar sus estudios, Paula decidió mudarse a Nueva York, a lo que su mamá contestó: No lo hagas Paula, suena a que necesitas talento para hacerlo.
La resistencia
Cuando me mudé a Nueva York para ser diseñadora, fue un momento muy arriesgado, no tan arriesgado como lo sería ahora, ya que la profesión era muy nueva. Entonces era fácil que otros diseñadores vieran mi portafolio, así es como conocí a mi esposo (Seymour Chwast). Cuando fui a Nueva York no conocía a nadie, llegué con mi portafolio y 50 dólares.
En Nueva York, Paula trabajó ilustrando libros infantiles para Random House, elaboró portadas para discos y publicidad para Atlantic Records y con 25 años, se convirtió en la directora de arte de CBS Records donde estuvo a cargo de 150 portadas de discos por año, que vendieron millones de copias y le valieron ser nominada 4 veces al Grammy.
Después de CBS, en 1984 tuvo un estudio llamado Koppel & Scher y en 1991 se une como socia a Pentagram. Uno de los estudios de diseño independiente más grandes e importantes de Estados Unidos.
En Pentagram diseñó su trabajo más reconocido y premiado, donde abunda el diseño de identidad, materiales promocionales, diseño ambiental, diseño de empaque y diseño editorial con clientes que incluyen a Microsoft, Coca Cola, Museum of Modern Art (MoMA), the Sundance Institute, Citi Bank, The High Line, New York Times, Tiffany and Co y The Public Theater. Y es considerada una de las diseñadoras más influyentes de todos los tiempos.
Los diseñadores tienen que enseñarle a los clientes a ver. Los clientes pueden decirle al diseñador, lo que creen que necesitan y el papel del diseñador es enseñarle a los clientes lo que es posible y a veces, lo que es posible no existe, o está un paso más allá. Y ese el el papel del diseño, tomar lo práctico, elevar lo que se espera de ello y entregarlo al cliente o a la audiencia para que tenga un valor que perdure.
La frontera
El papá de Paula era un cartógrafo, su gran aportación a la fotografía aérea, permitió la existencia de Google Maps. Gracias a él, Paula siempre supo, que todos los mapas tienen algún tipo de distorsión o que presentaban algún tipo de sesgo en la información que presentan. (Todos los mapas mienten). Con esa idea en mente, en 1990, Paula empezó a pintar mapas con letras a mano llenos de color y datos como códigos postales, el nombre de avenidas, el número de las calles, el tipo de votantes, entre otros.
La frontera es una línea punteada (ríe), ese es mi concepto de frontera, nunca debería ser más que eso, es una línea punteada para que sepas que este lado es un país y del otro lado, otro país, creo que las fronteras identifican áreas de tierra, incluso cuando pinto a Estados Unidos hago un borde, el océano, ¿sabes?…Yo creo que Trump quiere hacer un muro, para que cuando muera, alguien más diga: ¡Oh mira, ese es el muro de Trump!, ¿sabes a lo que me refiero?, es otro hotel, no me refiero a que la gente viva en él, es un monumento a su persona, no es útil, cualquiera puede tomar un autobús, la mayoría de las personas que son inmigrantes en los Estados Unidos, vinieron en un avión y se quedaron por más tiempo del que sus visas les permitía, así que el muro es un sin sentido, estadísticamente no tiene ningún sentido, así que es un desperdicio de dinero. Es una línea punteada, puedes pintarla con spray en el suelo para que sepas dónde está México y dónde está Texas. Como puedes notarlo, no me simpatiza mucho mi presidente (ríe).
El otro lado
Paula pertenece a esa generación que vivió la transición de lo análogo a lo digital, antes de que la computadora estandarizara la técnica y cuando los portafolios se compartían de mano en mano. A pesar de que Pentagram tiene cuenta de Instagram y también de Twitter, Paula menciona al respecto:
No tengo ningún interés en ello para ser honesta contigo. Porque no se cómo hacer juicios de valor. Sé que Instagram, ha arruinado la fotografía para mi porque no puedo saber, al mirar una fotografía, si estoy mirando algo inusual o nuevo. Si pudiera ver la fotografía impresa podría tener una opinión diferente al respecto. No estoy segura sobre cómo hacer un juicio de valor, también sé que mientras más cosas veo (en instagram), menos significan algo porque provienen de un lugar común, así que esta masa de creación visual que está en todos lados, hace en mi opinión bastante difícil identificar la calidad, cuando lo miras, lo sabes, pero normalmente es algo que no tiene nada que ver con ello. Ojalá las personas escribieran. Tenemos un presidente que tuitea, ojalá las personas escribieran frases más largas que eso y fueran más expresivas que eso. No creo que sea una buena forma de comunicación. A lo que me refiero es que (Instagram y Twitter) está bien para avisarle a todos que vas a hacer una fiesta y en dónde va a ser.
La viajera
Paula sigue trabajando en Pentragram y ha recibido innumerables premios entre los que destacan el Art Directors Club Hall of Fame, el premio Chrysler por Innovación en Diseño, fue presidenta del American Institute of Graphic Arts (AIGA), fue la primera mujer y presidenta de la Alliance Graphique Internationale (AGI) y tiene un doctorado Honoris Causa en Bellas Artes del Colegio de Artes y Diseño de Corcoran. Ha dado conferencias en todo el mundo y cuenta con más de veinte años como profesora en la Universidad de Yale y la Tyler School of Arts.
Su trabajo se expone de manera permanente en el MoMA en Nueva York y el Centre Georges Pompidou en París y su trabajo es reconocido como caso de estudio para miles de diseñadores y es la prueba de que el diseño atraviesa fronteras, modifica la manera en pensamos, cómo nos conducimos e interactuamos con otras personas, la manera en la que percibimos al mundo y cómo nos sentimos.
Tengo que rebelarme contra mí misma, contra todos mis miedos. Tengo que rebelarme contra todas mis preconcepciones de lo que puedo ser.