Pelícano: 1. Pelecanus Onocrotalus, ave acuática pelecaniforme de largo pico y gran saco gular perteneciente a la familia monotípica Pelecanidae; 2. Símbolo de amor maternal; 3. Pelikanen, dramaturgia de August Strindberg.
El secreto es un concepto relativo en las familias, tanto por el género del secreto en cuestión como por el grado de información que cada uno de sus miembros tiene sobre éste. En este sentido, los secretos no tienen una única medida para hacer una línea de demarcación entre secretos buenos y malos, ¿bueno para quién, malo para quién? No obstante, el secreto se convierte en mentira nefasta cuando, por comisión u omisión, se niega su conocimiento de manera consciente. En Esas viejas heridas —una versión libre de El Pelícano de August Strindberg— el secreto de la madre es una constante mentira, no sólo por su trágico contenido sino, peor aún, por su cínica cotidianidad.
La muerte del padre y las deudas, una madre dura y amargamente resignada con su existencia, un hijo ignorado —débil física y sentimentalmente, olvidado a través de los años— y una hija ciega en dos sentidos constituyen los personajes de esta historia. La hija no ve, no sabe y no se atreve a pesar del grito de sus instintos. Ella los ignora únicamente para llevar la charada de las emociones en paz. Ni siquiera está segura de sus dudas, pueden ser traiciones del ego y jugarretas del corazón. El contexto es el fantasma vilipendiado en su memoria por la madre, el pelícano, y un secreto guardado en el pozo sin fondo de su gran saco gular.
Sin embargo, el pelícano es cuidadoso, atento y sacrificado con sus crías. Por ejemplo, cuando no hay comida disponible se hiere en el pecho para ofrecerles como alimento su propia sangre. En sentido contrario, la madre lejos de cuidar y atender a sus hijos, se convierte en su principal herida, abriéndoles el pecho para sacarles el espíritu y pisarlo todo el tiempo.
La actriz Alejandra Farah sorprende al transformarse auténticamente en este personaje oscuro, tenebroso y roto del espíritu; con el movimiento nervioso de sus manos, su rostro que lucha por esconder la verdad y —cuando el secreto amenaza con ser revelado— con las variantes emocionales de su voz y las reacciones contradictorias. No obstante su esfuerzo, el lenguaje delata a la madre en la eterna y conflictiva relación de los actos y las palabras.
Sus hijos, interpretados sensiblemente por Klaudia García y Ricardo Cortés, proyectan el yugo de la antítesis del pelícano. La hija es sometida por un doble miedo a la figura de su madre y al grito del instinto; el hijo es sometido a todos los miedos, su padre que lo acecha desde el recuerdo y su madre reclamándole su debilidad y carácter. Los hijos configuran el dolor de los secretos de la madre y el trabajo escénico atrapa con fuerza la empatía del público, la historia de sus almas rotas.
El yerno termina por configurar su criterio utilitario en el contexto de las mentiras —tanto en lo económico como en lo sexual. Fabián Varona interpreta fielmente dicha alma cínicamente pragmática desde la complicidad del citado secreto hasta las últimas consecuencias. Su representación cierra el círculo entre dos mundos expuestos en escena; el velo y desvelo, el engaño y la honestidad, el secreto de las mentiras y la vigilia existencial. Los cuatro actores equilibran su trabajo individual con un juego colectivo escénico, siempre presente en una historia dialéctica de la revelación de los más oscuros secretos de una madre que no alcanza a vislumbrar las implicaciones de sus decisiones. ¿Quién es entonces el pelícano?
Aplausos para los actores, la dirección de Luis Castilleja y Alicia González, el concepto escénico de Alejandra Escobedo, la música original de Jordi Tort y, como asistente de dirección, Daniela Hernández. Esta obra se presentará próximamente en Los Ángeles.
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El teatro, según Arthur Miller, es infinitamente fascinante porque es accidental, como la vida. Lo cierto es que este arte se ha encargado de tratar muchos temas, incluido el amor.