“Las `formas´ hablan y el `sujeto´ se inscribe en las `formas´. El conjunto está inevitablemente impregnado de significaciones ideológicas”.
Hans Haacke.
¿Qué construye una imagen? Algunos suponen, desde la línea formalista, que las imágenes se constituyen sólo a través de su forma, su composición y paleta cromática; que estéticamente se podría presuponer que se entiende una imagen por medio de su belleza o fealdad, si visualmente es comprensible o no, si lo que estás viendo te hace sentir algo, o no.
Sin embargo, la imagen va más allá de la composición o lo que “puedes” ver de ella. Requiere de contexto, de historia, de genealogía, es por eso que, para artistas como Hans Haacke, “el arte no debe situarse tan sólo en la esfera de los visual, sino que el arte es incomprensible sin la memoria histórica en la cual se desarrolla”.(1)
En este sentido, “ninguna imagen carece de contexto”(2), al analizar una imagen o cualquier representación visual por medio de su composición, sólo se está adquiriendo un fragmento de ella, es importante analizar sus relaciones y su memoria.
En el caso de Haacke, le interesan aquellas que juegan con los productos considerados “trabajos artísticos” u “obras de arte” y con las instituciones que los acogen. Principalmente las del museo, que como industria cultural, se vincula en la construcción de historias del arte ligadas con los poderes políticos y económicos. El objetivo de este artista es “visibilizar el poder que las instituciones artísticas y políticas disponen para generar y gestionar su propio relato”(3)
Hans Haacke es un artista alemán que inició su producción en la década de los 70 y se ubica dentro de la línea de la crítica institucional. Ha realizado obras en el Guggenheim Museum de Nueva York, en la muestra Kunst bleibt Kunst del Museo de Colonia y también para la Fundación Joan Miró de Barcelona; sin embargo, la mayoría de ellas han sido canceladas o censuradas.
¿Qué sucede en su obra que crea tanto conflicto?, conoce la fuerza de las imágenes. El artista admite que “los intentos de censura demuestran al menos que los censores piensan que la exposición de [sus] obras puede tener consecuencias”.(4)
Generalmente Hans Haacke deja ver la crítica encerrada en un lógica estructural entre el Estado y las empresas que desemboca, generalmente, en sospechas morales con los individuos, pues ningún museo, menciona el artista, sea público o privado, recibe “donaciones” sin verse inmerso en un conflicto de intereses.(5) En este sentido, el espectador se sitúa en el contexto institucional donde las obras se exponen, por lo que la mirada del sujeto se vuelve parte importante de la imagen.
En caso particular de la obra Der Bevölkerung se puede entrever cómo es que Hans Haacke construye la imagen visual a través de la genealogía del lugar y el contexto que la envolverá. En este ejemplo la frase: Dem Deutschen Volke (“Al pueblo alemán”) ubicada en el arquitrabe del edificio del Reichstag (Parlamento) en el distrito Mitte de Berlín, le pareció anacrónica e incongruente, pues la gente que vive en Alemania no necesariamente cumple con la canónica etiqueta de “pueblo alemán”.
De esta manera, propuso una instalación al interior de un jardín frente a ese mismo edificio compuesto por una palabra inscrita en neón: Der Bevölkerung (“A la Población”), que significaba -como diría Jacques Rancière- la parte de los que no tienen parte, es decir, considera a todo ciudadano (inmigrante o no) que viviera en Alemania; esto evidenciaba la discriminación vigente hacia el otro, aunada a la historia del nacionalismo alemán ligada a la idea de la “pureza racial” y a la falsa democracia con la que los países trabajan “para el pueblo”, pues aquellos inmigrantes no considerados alemanes están sujetos a todas las obligaciones que impone el Estado pero no así a sus derechos.(6)
Al interior del parlamento causó gran polémica, pero finalmente se aceptó por mayoría de votos.
La tierra que conforma la instalación Der Bevölkerung es de los distritos donde provienen los miembros del Parlamento, incluyendo un campo de concentración nazi. Fue así como a través de la enunciación de la memoria de un lugar surgió la crítica. Der Bevölkerung es un intento de evitar la desaparición de la memoria a través de una palabra inscrita en un espacio particular en el que cobra sentido.
Así la imagen en su propia memoria histórica, posee un poder de provocación y crítica. Hans Haacke ha comentado: ”Felizmente, a la mayor parte de la gente no le preocupa tanto la pretendida fuerza del arte”(7).
Es por eso que es tan importante no olvidar aquello que hizo de la imagen un producto cultural, de su fuerza social y, aunque enmarcada en un contexto institucional, abierta a tomar posición y crear un provocación fructífera.
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El arte es un medio para recordarnos lo bello que tiene la vida, pero también lo más perturbador y los bajos instintos del ser humano, las Escalofriantes pinturas hechas por un sobreviviente del holocausto que se convirtió en artista, son una muestra de ello.
1. Alberto Santamaría, “Hans Haacke. El arte y la política (Una introducción y una propuesta genealógica)” en Revista Laocoonte, p. 144
2. Idem
3. Idem
4. Néstor García Canclini, “Conversación del sociólogo y el artista: Bourdieu-Haacke” en La sociedad sin relato. Antropología y estética de la inminencia, México, Katz Editores, 2011, p.38
5. Hans Haacke, “all the “art” that’s fit to show”, en Conceptual art: A critical anthology, Massachusetts, The MIT Press, 1999, p. 302
6. Gloria Martha Hernández García, La tipografía al servicio del arte y de la política (en línea) <http://blogs.fad.unam.mx/academicos/gloria_hernandez/?page_id=13>
7. Néstor García Canclini, op.cit., p.38