Masacres, los desplazados, el secuestro, la tortura, el uso de motosierras para decapitar cuerpos, el dolor de las madres y los huérfanos se dejan ver en las 69 obras de Testimonios de la barbarie, de Fernando Botero, que hoy se inaugura en el Museo Cuartel del Arte de Pachuca.
Estas obras son el resultado del sentimiento que experimentó Botero después de una de las peores masacres que han ocurrido en Colombia: en noviembre de 2000, más de 60 campesinos fueron asesinados en Ciénega Grande por un comando de las Autodefensas Unidas de Colombia. La matanza comenzó cuando 10 pescadores se dirigían a vender su producto y fueron alcanzados por los asesinos. Una de las consecuencias de esto fue el desplazamiento de la población.
Esta obra fue donada por el pintor, en 2004, al Museo Nacional de Colombia y se ha expuesto en España, Brasil, República Dominicana, Argentina, Panamá, Ecuador; y en México en las ciudades de Tampico, Guadalajara, Tlaxcala, Xalapa, Oaxaca. Testimonios de la barbarie se inaugura en el estado de Pachuca y se presentará hasta el próximo 23 de junio.
Dibujos y óleos llenos de dolor son las obras que se presentarán en el Cuartel del Arte de Pachuca, ubicado en la Plaza Aniceto Ortega de dicho estado. Testimonios de la barbarie es una muestra de la historia de violencia y sangre que vivió Colombia durante la matanza ocurrida en 2000; es la presencia cultural, a través de colores e iconografía, que identifica al artista colombiano.
Con información de El Universal.