El arte cinético es una corriente basada en la estética del movimiento. Ha sido representado en la escultura, técnica en la que los recursos distintivos son los componentes móviles de las obras. Su propósito es dar al espectador un espectáculo de desplazamiento, o, al menos, la ilusión de él.
Las obras móviles de Jean Tinguely se crearon para destruir o autodestruirse, todo con el afán de satirizar la sobreproducción de bienes sin sentido, fabricados por la sociedad industrial avanzada.
Después de incurrir en la pintura abstracta, el artista suizo experimentó con el movimiento como forma de expresión. Sus primeras obras, expuestas en París, se movían gracias a motores eléctricos. Piezas monumentales que plasmaban un universo irónico de máquinas inútiles que, parecía, estaban produciendo.
Aplicó el término meta-mecánica para referirse a sus creaciones. "El concepto es mostrar que una obra de arte no es nunca un objeto definitivo, sino que sus capacidades creativas son, en verdad, las potencialidades que le otorgan tanto el artista como los espectadores".
Sus obras más famosas son la fuente Stravinsky, que se encuentra afuera del Centre Pompidou; la Salvavidas, en Duisburg, Alemania, y la que lleva su nombre, localizada en Basilea, Suiza.
Con sus obras monumentales busca criticar, desde la inteligencia y el humor, la lógica productiva del sistema capitalista.
A su muerte, y por iniciativa de su esposa, la también artista Niki de Saint Phalle, la empresa Roche construyó el Museo Tinguely en la ciudad de Basilea, Suiza, con más de 50 máquinas-escultura y un número importante de dibujos, cartas, carteles, catálogos y fotografías del artista.