Cuando era pequeña, tenía un pequeño carrito en forma de perro con el que jugaba por toda la casa. Me divertía todos los días dándole de comer papelitos que yo misma tiraba en su camino. Por muchos años, el dichoso perro y yo fuimos inseparables; en el mercado, el parque y en casa de mis familiares me acompañaba. Un día se rompió y, probablemente, ha sido el juguete que más me dolió perder, pero unas semanas después, aunque descubrí que nada podía suplir al perro, decidí comenzar a usar otros juguetes.
El Kintsugi, técnica originaria del siglo XV en Japón, se encarga de restaurar piezas de cerámica como vajillas, tazas y ornamentos con una mezcla de barniz de resina y polvo de oro, plata o platino.
Cuando se termina la restauración de las piezas el resultado es magnífico: caminos de oro se muestran en la cerámica. Ésta brilla y luce mucho más que la pieza original. Después, adquieren un nuevo significado: la pieza, que seguramente tenía un gran valor, después de estar en pedazos resurge como el fénix.
Fue cuando Ashikaga Yoshimasa envió a China sus tazas de té para ser reparadas, que éstas regresaron a su domicilio con grapas metálicas a su alrededor, lo que les quitó la belleza inicial. Entonces, Yoshimasa, buscó en Japón alguien que pudiera reparar tal desastre y así surgió esta técnica.
El Kintsugi se volvió tan popular que se rumora que muchos rompían a propósito sus piezas de cerámica para poder ir con un artesano y convertirlas en una pieza artesanal.
Al igual que las vasijas reparadas gracias al Kintsugi, el corazón y los sentimientos pueden ser reparados para ser cada vez más fuertes. Es por eso que el Kintsugi se ha relacionado con la resiliencia, que es la capacidad que tiene el ser humano para superar situaciones complejas y fortalecerse mientras esto sucede. De esta manera, cada individuo se convierte en su artesano Kintsugi y logra, por sí solo restaurarse para ser más fuerte y tener una belleza interior más profunda.
La resiliencia es un término que se ocupa en la psicología, la neurociencia e incluso en la meditación. Son siete pasos los que el ser humano debe superar para convertirse en un ser resiliente:
1. Independencia
2. Capacidad de relacionarse
3. Iniciativa
4. Humor
5. Creatividad
6. Moralidad
7. Instrospección
De esta manera, cualquier individuo podrá convertirse en un artesano interior. Aquel que aplique parches de oro en su corazón, logrará brillar más que antes gracias a la superación de sus problemas.