Un presidente, un consorcio constructor, una casa y siete millones dólares (julio 2014). El pasado mes de noviembre de 2014, el equipo de investigadores de Aristegui Noticias reveló una reportaje especial alrededor de la llamada “Casa Blanca” de Peña Nieto, ubicada en una de las zonas más exclusivas de Lomas de Chapultepec y que fungía como residencia privada de la familia del presidente. Como parte del trabajo periodístico, se supo que la casa no estaba a nombre ni de Peña Nieto ni de su esposa, Angélica Rivera, sino que en realidad la propiedad era de “Ingeniería Inmobiliaria del Centro”, una empresa que pertenece a Grupo Higa; la cualhabía sido seleccionada para participar en la construcción del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro. El escándalo se destapó.
Sin embargo, como suele suceder en un país en el cual la tormenta cambia su curso cada semana, influenciada por el agenda setting de los grandes medios de comunicación, el escándalo fue olvidado, incluso los meses se detuvieron. Ahora, el tema sólo se toca para hacer un recuento sobre las peores crisis políticas de la administración peñista o marcar la caída de Aristegui al interior de MVS. “La Casa Blanca” es quizás uno de los casos de corrupción más graves en la historia de nuestro país, aunque no tuvo repercusiones tan graves al interior del gobierno federal. Caso contrario a si el escándalo hubiera sucedido en países con una cultura democrática consagrada. Siete millones de dólares cuya procedencia también se cuestionó, aunque por lo menos ahora tienen un buen uso: una galería de arte.
Vngravity, la galería de arte virtual de exposiciones 3D, fundada por Santiago Loza, Gibran Morgado y Alfredo Martínez, utilizó el espacio físico (virtual) de la Casa Blanca para albergar una exposición colectiva: D.R.E.A.M.H.O.U.S.E. “La idea surgió de una broma. ‘La Casa Blanca’ es el perfecto ejemplo del cubo blanco y se asemeja a la estructura de un museo de arte contemporáneo, por lo que, pensando en un lugar donde hacer la siguiente exposición, este espacio no era más que perfecto” señaló Loza. El equipo de creativos aprovechó los planos de la casa para realizar un render de la casa y consagrarla al arte contemporáneo con obras de Rachael Archibald, de Australia; Alfredo Salazar-Caro, mexico-estadounidense; Aoto Onassis, de Suecia; Katie Torn y Birch Cooper, de Estados Unidos, y los mexicanos Víctor Barragán, Edgar Silva y Alejandro García-Contreras.
Con una generación de artistas que requiere de constante e inmediata retroalimentación, la galería de arte virtual se entiende en función de la sustitución de un espacio físico, alejándose de los cánones tradicionales del arte. Considerando, además, al arte como la mejor denuncia y crítica hacia un sistema incapaz de solucionar los problemas que afectan a los ciudadanos, Vngravity eligió a Peña Nieto como tema central de la muestra.
Las obras de los artistas incluyen un automóvil de lujo chocado adornando el jardín, al “presidente televisivo” multiplicado y disfrutando de un baño de billetes caídos del cielo, una rubia desmembrada, un video de un soldado en eterna amenazada, vídeos de penes y el elegante detalle del librero de Peña Nieto con sus tres libros favoritos.
“Una casa es un refugio, pero también es un museo personal, un símbolo de bienestar o de ruina. Que el arquitecto Aragonés haya modelado en mármol y concreto las fantasías arquitectónicas de la familia presidencial dice mucho: no sólo revela la nula cultura espacial y visual de los habitantes, sino también su desapego de la realidad. […] Nadie mejor que un diseñador efectista y superficial para erigir la casa de sus sueños”. [1]
La exposición se inauguró el 4 de julio y puedes visitar la exposición temporal, D.R.E.A.M.H.O.U.S.E. en esta dirección.
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Referencias:
[1] Óscar Benassini. Una galería insospechada. La Tempestad. Julio-Agosto 2015