Disciplinas artísticas como la danza exigen a los bailarines el conocimiento preciso de su cuerpo y su relación con el espacio. Por esto, el escuchar de bailarines ciegos o débiles visuales resulta sorprendente.
El Psicoballet, modelo creado por la Doctora Georgina Fariñas, en colaboración con Alicia Alonso, máxima bailarina de Cuba, ha permitido a cientos de niños cubanos con ceguera, autismo y otros transtornos, integrarse al mundo a través del baile.
Especialistas mexicanos han mostrado interés por esta terapia, que ahora se ofrece en la Casa Hogar de Niñas Invidentes de Coyoacán.
Mediante coreografías cuidadosamente planeadas y el uso de materiales como telas, resortes y tapetes, las niñas aprenden a sentir a su compañera, tener conciencia de su espacio y, lo más importante, confiar por primera vez en sus pasos que, antes fuertemente atados al piso, ahora se deslizan en el aire.
Este modelo ha comenzado a utilizarse en diversos países con resultados tan variados como las problemáticas de los niños, y todos los progresos coinciden en un mismo punto: una vez que comienzan a moverse, todos aprenden a volar.