El Louvre es uno de los museos más famosos del mundo, dicen que para ver su colección se necesitarían nueve semanas dedicándole una breve vista a cada obra: exhibe 35 mil piezas en su colección permanente, pero guarda más de 380 mil obras en sus bodegas. Su sala más visitada es donde se encuentra la Gioconda de Da Vinci, la pintura más popular de nuestros tiempos.
El Museo Nacional de Francia era una fortaleza a finales del siglo XII, después pasó a ser residencia de los reyes de Francia y finalmente abrió sus puertas en 1793 como una unificación del estado sobre el arte que estaba en posesión de la monarquía, la aristocracia y la iglesia; fue un ejemplo para otros museos europeos.
En la década de los 80, Francois Miterand lanzó el proyecto “Gran Louvre”, que consistía en la modernización del palacio, la ampliación y conexión con el ala Richelieu y el desahogo de la entrada principal que resultaba insuficiente en 1988, cuando el Louvre ya recibía 2.7 millones de visitantes.
Leo Ming Pei fue el arquitecto estadounidense encargado del proyecto que supondría una verdadera conmoción para los ciudadanos parisinos. Con más opiniones en contra que a favor, frente al edificio principal se levantó una pirámide con 673 paneles de vidrio (y no 666 como se rumora), ocupando mil 250 metros cuadrados y elevándose 21 metros.
Se habló de símbolos masónicos, de los iluminati, de creencias egipcias y hasta de pactos satánicos, pero sobre todo del error que era colocar un elemento tan moderno delante de un símbolo francés de fachada barroca, como lo es el principal edificio del Louvre.
El Lobby del museo quedó bajo la gran pirámide, que en el 2015 recibió a 9.5 millones de visitantes, de los cuales el 70 por ciento fueron extranjeros.
La hoy icónica estructura resolvió el problema de saturación a través de su innovadora distribución, que permite que los visitantes fluyan por diferentes entradas hacia las salas del museo.
La pirámide del Louvre ha tenido diferentes intervenciones artísticas, pero ninguna tan sorprendente como la del artista callejero francés JR , quien desde hace 10 años muestra la libertad e identidad como los elementos principales de sus trabajos; sus collages monumentales pueden verse en las principales ciudades del planeta.
JR presenta una intervención al monumento principal del museo del 25 de mayo al 28 de junio, como parte de una colaboración con diferentes artistas que el recinto organizó: conferencias, proyecciones y una clase magistral son un ejemplo de las actividades que se llevan a cabo, con el principal objetivo de hacer el arte accesible al público y enseñar su proceso de creación.
JR cubre por completo la pirámide con un collage que crea la ilusión óptica de “desaparecerla”.
Una de las inspiraciones para esta intervención fue la gran cantidad de selfies que los visitantes se toman en el monumento de cristal: ¿qué sucede cuando “desaparece” la pirámide?
Este trabajo es sólo un ejemplo de lo que hace con su arte: gran perspectiva, perfeccionamiento de la imagen y pasión por los detalles.
Este francés ha logrado consolidarse como uno de los artistas más importantes a nivel mundial a través de su arduo y original trabajo; sin embargo, no dudamos que éste haya sido uno de los más importantes.
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Todas las fotografías del proyecto fueron tomadas del Instagram de JR, cuenta que no te puedes perder.