El nacimiento de Alicia en el país de las maravillas surgió tras un paseo que Lewis Carroll dio con uno de sus amigos. Juntos llevaron a las tres hermanas Liddell (Lorina, de 13 años; Alice, de diez y Edith, de ocho) a pasear en barca por el Támesis. De acuerdo con los relatos del propio Dodgson, de Alice Liddell y de Duckworth, el autor improvisó una narración que entusiasmó a las niñas, especialmente a Alice. Después del paseo, la pequeña le pidió que escribiese la historia. Dodgson pasó una noche componiendo el manuscrito y se lo regaló a Alice Liddell en la Navidad siguiente. El manuscrito se titulaba Las aventuras subterráneas de Alicia (Alice’s Adventures Under Ground), el que estaba ilustrado con dibujos del propio autor.
Uno de los libros más amados y cuidados por la biblioteca Británica es la versión original de las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, el seudónimo de Charles Dodgson, un matemático de Oxford, cuyo formato digital puso a consulta de todos los interesados en éste.
Después de terminar el manuscrito, que cuenta con 37 ilustraciones hechas por el autor, Alice finalmente recibió el libro de 90 páginas, dedicado a “un querido hijo, en memoria de un día de verano”, en noviembre de 1864.
151 años después, y luego de haber sido adaptada al cine en diversas ocasiones e ilustrada por cubistas, surrealistas y artistas urbanos, el artista Gen Kogan se dio a la tarea de reinterpretar la hora del té con Alicia y el conejo Blanco como si los grandes la pintura: Pablo Picasso, Georgia O´Keeffe, S. H. Raza, Hokusai, Frida Kahlo, entre otros.
El artista eligió alguna de las pinturas más representativas de los artistas a los que eligió y simulando su estilo, dio vida al arte y a una de las mejores escenas de la película presentada por Disney.