Las artes visuales logran transmitir emociones y mensajes través de gestos, colores o imágenes sin necesidad de palabras.
De este modo, las imágenes se han vuelto esenciales para nuestra vida diaria. Los espectaculares, medios audiovisuales y hasta algunas redes sociales han sido diseñados sólo para compartir imágenes.
Bernardí Roig afirma que a pesar del impacto que se supone éstas deberían tener en nosotros, a veces pierden su sentido o intensidad, por lo que pasan desapercibidas en nuestra vida. Antes de pensar en esta sociedad bombardeada de imágenes, es importante meditar acerca del origen de éstas: la luz. “Una luz blanca en la que todo fluye, a la que estamos sujetos y que disuelve lo importante de las cosas”.
La obra de este artista español es única. Presenta una estatua blanca donde un hombre interactúa de diferentes maneras con el elemento principal de las esculturas: la luz; además busca presentar su trabajo de diversas e inesperadas formas.
En sus obras la interacción entre el hombre y la luz es lo realmente importante; de esta manera Bernardí Roig puede explorar temas como la soledad, la muerte o la inmortalidad a través de sus esculturas surrealistas. En ocasiones se le ve cegado por la luz y en otras, siendo enjaulado por la misma.
Ya que Roig entiende la “necesidad” del hombre por comunicarse de manera no verbal con el otro, busca comunicarnos algo sin palabras a través de sus esculturas. Ese algo puede ser diferente para cada persona pues cada obra será asociada por el espectador a recuerdos o sentimientos diferentes de su vida.
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