No traiga a sus hijos menores o nietos, no traiga a su abuela o a otros familiares, no traiga a sus invitados de fuera de la ciudad. Esta exposición es asquerosa. No sé qué es, pero no es arte.
–Un espectador de la obra de Schneemann cuando salió de la exposición.
En 1975, cuando el arte feminista estaba en pleno apogeo, Schneemann decidió pararse frente a un auditorio y comenzar a pintar su cuerpo desnudo. Después de algunos minutos de action painting y ridiculizar con poses a las modelos de pasarelas, Scheneemann sacó de su vagina un manuscrito que había enrollado. El título del panfleto era “Cézanne, ella era una gran pintora”.
Siempre revolucionaria y polémica, Schneemann logró hacer de sus piezas una crítica hacia el dominio masculino de las prácticas artísticas. Años antes había realizado un autorretrato con dos serpientes sobre ella. Un crítico lo calificó como “arcaísmo erótico”, otros observaban todos los resquicios de su cuerpo y su vagina. El título de la obra era “Eye Body” y con esta pieza, comenzaron a llamarla una “artista pornográfica”. La reacción de todos fue bastante hostil. En lugar de considerar su pieza como un evento integrador y poderoso –lo que ella buscaba–, se tomó como un acto de narcisismo y autoindulgencia.
Pero las ideas de Carolee Schneemann eran mucho más que simple pornografía. Los críticos de arte estaban acostumbrados a los lienzos que mostraban mujeres desnudas con una pose sumisa y pasiva, listas para observar al artista y dejarse seducir con las pinceladas que las retrataban de manera hermosa. Incluso “El origen del mundo” de Courbet era considerado arte en esa época, sin la mínima duda de que el pintor retrató la vulva, las nalgas y un pubis cubierto de vellos como parte la franqueza y atrevimiento de la época, lo que dotaba a su pieza de una provocación fascinante y única.
Schneemann en cambio, era acusada por provocar alborotos desde 1963, profanando su cuerpo desnudo como un instrumento artístico. Sus happenings controversiales incluían carne de animales con la que los actores envolvían sus cuerpos y se restregaban las viseras entre sí. También realizó un corto con su novio minuciosamente grabado. Los dos desnudos, hacían el amor en un collage que capturaba el esplendor erótico del sexo diario sin vergüenza. Ni siquiera las películas hollywoodenses podían mostrar cabello púbico y mucho menos decir la palabra “vagina”. El objetivo de su arte no era provocar o herir las susceptibilidades de la audiencia, en realidad buscaba cambiar la perspectiva que todos tenían sobre el cuerpo femenino y el papel de la mujer en las prácticas artísticas.
Sus trabajos iban desde un placer estático hasta la rabia y la furia, tal vez porque de ese modo también fue su vida dentro del arte. Ella estaba segura de que quería ser artista, pero con cada paso o cada clase que tomaba, sus profesores y compañeros la desilusionaban. “Te estás tomando las cosas muy en serio, sólo eres una chica, no pongas todos tus esfuerzos en el arte”.
El auge del Pop-art y el Minimalismo dominaba las tendencias artísticas, pero ella no quería hacer un arte pulcro y mercantil como lo marcaban los nuevos movimientos. Fue en la dirección contraria para lograr que el arte feminista fuera considerado una expresión artística seria y así, abrirle el camino a todas esas chicas como Milo Moiré, Tracey Emin o Casey Jenkins quienes aún luchan por expresar su feminidad, dolor y derechos de la mujer a través de su obra.
Schneemann es una de las artistas más importantes en el body art, el arte feminista y los performance. Fue quien estableció ese puente entre el arte y el arte feminista hecho por mujeres. En un entorno dominado por hombres, trabajó con los artistas del Fluxys y considera a Yoko Ono su alma gemela. Participó con artistas como Claes Oldenburg y Robert Morris. Era parte de las fiestas de la Factory de Andy Warhol. El cineasta experimental Stan Brakhage se convirtió en uno de sus más íntimos amigos y vivía para pintar en un mundo lleno de hombres.
La artista no intenta polemizar con su cuerpo, en lugar de eso, busca que la sexualidad exprese, la sensualidad sea libre y las mujeres se comuniquen a través de su anatomía, en lugar del cliché de ver el cuerpo como parte de la mercantilización de productos.
Siguiendo las enseñanzas que dejó Schneemann, diversas artistas realizan arte feminista hasta nuestros días. Si quieres conocer más sobre ellas, puedes ver nuestro artículo “La mujer que tejió una bufanda con su vagina durante 28 días” o “La controversial artista que mostró los nombres de todas las personas con las que ha dormido”.